GRILLANDO

Platicaba con una amiga que vive en España y me explicaba como poco a poco su familia se asentó en esa nación, su hermano, ella y finalmente su madre, que actualmente está vendiendo su casa en Toluca, lo anterior, ante la ola de violencia e inseguridad que padecemos en México, donde más allá de lo que digan las autoridades, pareciera que la violencia aumenta de forma alarmante.  

Incluso ayer el presidente de México, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, manifestó su preocupación por la violencia que se registró en el país esta semana, en especial en Nuevo León donde se registraron 12 ejecuciones, algo que viene de la mano del crimen organizado que está rebasando cualquier límite, pues hasta en las mafias existen códigos.  

Indignante que todas las semanas tengamos noticias como la de Zacatecas, donde hace unos días fueron secuestrados siete jóvenes, de los cuales seis aparecieron asesinados y uno más con heridas graves, una noticia dantesca, pues refleja la crueldad de estos grupos criminales a los que no les importa el dolor y el sufrimiento de la gente, algo que las autoridades deben entender para aplicar mano dura y no permitir que impere la impunidad que tanto nos está lastimando como nación.  

Otro hecho que me llena de indignación lo vivimos ayer en el Valle de Toluca, donde fue asesinada en su hogar una familia en el municipio de Zinacantepec, entre ellos una pequeñita con la que los criminales no se tentaron el corazón, bestias que están en nuestras calles caminando como si nada y con los que, queramos o no, tenemos que estar interactuando, pues regresamos al tema de que la impunidad y la corrupción nos desgarran en lo más profundo del tejido social.  

Más allá de las ideologías y los colores políticos, nuestras autoridades, de los tres órdenes de gobierno, deben entender la gravedad de la inseguridad emanada de los grupos criminales, y de una vez por todas, hacer algo de fondo para recuperar la gobernabilidad y la paz, de lo contrario el presente y el futuro de nuestro querido México se nos seguirá yendo entre los dedos con el riesgo de que vivamos en una tierra donde no hay un Estado de Derecho y mucho menos leyes que se respeten.  

LA GRÁFICA DE HOY  

Es de este cafre del transporte público de pasajeros con número de camión 264 y placas 718-646-J, que ayer en la mañana venía como loco en avenida Las Torres y al llegar al cruce con Heriberto Enríquez se metió en el carril del retorno para frenar el tránsito de manera abusiva y cuando se puso el semáforo en verde le aventó su chatarra a los vehículos que esperaban cruzar.  

Lo peor de todo, es que obviamente la gente le empezó a reclamar y el chofer se puso violento, un ejemplo más de la impunidad con el que opera el transporte público de pasajeros, que es urgente tenga un cambio de fondo, pues los concesionarios del mismo deben asumir su responsabilidad y controlar a muchas de las bestias que manejan sus unidades.  

Nuestras calles y avenidas no pueden seguir siendo una jungla de asfalto y por ello es que las autoridades deben ordenar el transporte público, uno de los grandes pendientes de la administración pública que lejos de solucionar el problema, ha tolerado de la mano de la corrupción que en el Estado de México tengamos uno de los peores servicios de transporte de todo el país.  

Esperamos que la nueva administración de la Secretaría de Movilidad trabaje a fondo en este tema, que se siente con los transportistas y los concesionarios para exigirles un transporte de calidad y seguro, no la porquería que actualmente predomina y que pone en riesgo no solo a los usuarios sino a todos aquellos que nos cruzamos en su camino.  

GRILLANDO

Y VA DE CUENTO 

Un argentino de nombre CHRISTIAN PIRIZ entró a una farmacia y le dijo al dependiente: Oye Che, dame un vaso de agua.  

Y el dependiente va y le da un vaso de agua, por lo que el argentino le dice: Che, ahora dame una caja de aspirinas. 

Después de que le dan la aspirina, PIRIZ le comenta: Boludo, ahora dame un preservativo. 

Una vez que el dependiente le dio un preservativo, el argentino tomó una aspirina, el preservativo, los metió en el vaso de agua y se lo bebió.  

Extrañado, el dependiente le preguntó: ¿Por qué se ha bebido eso? 

A lo que PIRIZ le dice: Para joderme a este maldito catarro que ya no aguanto… 

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en Twitter en @pepenader y en [email protected]