El fenómeno Wendy

Antes de empezar aprovecho la mención de que un día como hoy naciera el Doctor en Derecho Joaquín Bernal Sánchez, padre, amigo, maestro, mentor de un montón de incautos aspiracionistas del conocimiento, pero sobre todo el gran hermano de los liberales toluqueños y cubanos. Mi reconocimiento y dolor por su partida.

Ahora sí, empezamos.

En los últimos meses se proyectó en la televisión un programa en el que se le encierran en una casa, a unos famosos con el único propósito de entretener de alguna forma a la audiencia. El fin de semana se otorgó el primer lugar de este programa a una persona llamada Wendy, perteneciente al grupo poblacional LGBTQIA+.

El motivo de hablar de un programa popular de la televisión mexicana es que Wendy tuvo 18 millones de votos para ganar la dinámica, esto significa que aunque se contabilizaran algunos votos dobles, debido a que si cuentas con alguna suscripción podías votar e más de una ocasión, El número sobrepasa a los que se han recibido en algunas elecciones, lo que significa un punto importante en la movilización poblacional.

Solamente el 5% de la población se encuentra en la comunidad LGBTQIA+, pero queda claro que pueden mover mucho más simpatizantes sólo por el hecho de estar en esta comunidad.

Esto también indica que ser miembro de esta comunidad está de moda, es visible, es apreciable y cuenta con un valor para la población, porque sin duda observan ciertas desigualdades qué hacen a esta comunidad vulnerable y que es menester de todos garantizar el respeto, la inclusión, la no discriminación y las condiciones de vida con las mismas características y oportunidades.

En términos generales tanto las mal llamadas corcho latas como los aspirantes de los otros partidos, poco han hablado o promovido respecto de esta comunidad LGBTQIA+, lo que deja un gran vacío para el discurso que se avecina, en el que no deberán dejar a la ligera la población que simpatiza y es proclive a guardar los derechos de aquellos que se encuentran en situación vulnerabilidad.

Otro de los puntos a destacar es que Wendy Se identifica como una mujer trans, lo que significa que es un hombre biológico qué tuvo una transición a caracteres femeninos. Lo importante aquí es que ella sabe que aún cuenta con características masculinas y las expone como parte de su personalidad, no como un defecto, o ni siquiera con desagrado, sino que porta su transición con orgullo, con exposición y sin miedo a la crítica, situación que de alguna forma blinda su personalidad. Ella sabe que tiene la voz gruesa, que tiene una espalda amplia, que algunos de sus rasgos son toscos y que cuenta con los genitales masculinos, pero ha construido con su entorno su género, con aceptación sin importarle lo que se diga de ella.

Me parece que ahí está el inicio del respeto social, en la mayor importancia que se le dé a la personalidad y no al qué dirán, en saber sus defectos, cualidades y virtudes, abrazando todo eso como el ser, en este caso Wendy.

Otro punto importante y ya para finalizar, es que cuenta con mucho carisma, con empuje, con conexión con la gente y eso ya lo quisieran muchos políticos que ni aunque finjan, cuentan con esa simpatía. Deberían acercarse a algunos políticos con ella a solicitar consejo de humildad y de templanza.

Ojalá que el respeto a las personas vulnerables no sea solo moda, sino que sea una cualidad que se genere en el interior de la sociedad y que se quede para siempre.