Mal por el debate

Es una pena que el debate haya sido como resultó, una vergüenza para el concepto de debate. Según el Diccionario del Español de México debate es un discurso oral catalogable como un tipo de conversación estructurada. Su objetivo es enfrentar dos o más opiniones acerca de un determinado tema polémico, o al menos, discutible desde diversos puntos de vista. Pues esta definición quedó muy lejos de lo que se presentó como tal el pasado jueves 18 de mayo de 2023.

Las candidatas a la gubernatura tuvieron una participación muy mediocre y no parece que fuera decisión de ellas, sino más bien el formato que se distanció del concepto de debate, pues no hubieron posturas, no se defendieron ideales y no se contrastaron argumentos. Esa transmisión fue sólo una presentación de algunas de las ideas que se han presentado dentro de la campaña de cada una, solo exposición de las propuestas, no contraste, no análisis, no defensa, es decir aquello no fue debate, sólo una olla de memes que no terminó de cocerse.

Las encuestas de redes sociales, nuevamente dieron por ganadora a Alejandra del Moral, quien fue quien hizo más por el pobre formato de programa, fue quien trató de hacer contraste y esto lo notó la audiencia.

De cualquier forma, este debate no fue un diferenciador en las encuestas, es decir, no se observó un disparo de popularidad o rechazo en la preferencia de alguna de las candidatas sin embargo, las encuestas indican que las candidatas se encuentran próximas a un empate técnico, es decir, en el rango de un 3% que es el margen de error de cualquier metodología utilizada, esto implica que la movilización de los simpatizantes será crucial para la victoria durante el día de la votación. Los indecisos deben ser el blanco en estos momentos para los equipos de campaña.

A pesar de ello, persiste una idea en el desarrollo de ambos debates: MORENA no quiere confrontarse; porque el escenario actual le es favorable, no necesita más, que la candidata nade de muerto y seguir adelante, no hay que hacer variaciones en el “status quo”, por lo que la confrontación hubiese resultado peligrosa; esa estrategia suena bien, ¿pero solicitar no hablar de corrupción?, cuando es la corrupción el estandarte de Delfina, que la corrupción se va, que los de antes son corruptos, y no atreverse a defender el punto frente a frente, punto que debería ser el punto más poderoso de la argumentación y resulta, con gran mofa y sorna, que no lo es. MORENA sabe junto con Delfina que hablar de corrupción no es su fuerte, que es incluso el talón de Aquiles, porque aún en la visión de su campaña, ellos son los más corruptos y eso es lo más triste, que a sabiendas de su poca calidad moral que es notoria inclusive entre ellos, se lanzaron en la contienda electoral porque saben que la gente no despertará de las muchas mentiras que ya asimiló como verdades.

Pues bien, como el debate no fue un diferenciador, seguramente estaremos en esta semana recibiendo información de algún escándalo de, o cercanas a las candidatas, con la finalidad de dar ese brinco que necesitan para aventajarse claramente en la preferencia del voto.

Esperemos qué nos depara la siguiente semana.