EL ESTRÉS HÍDRICO COMO AMENAZA PARA LA ECONOMÍA

En columnas anteriores hemos tratado con amplitud el estrés hídrico que vive nuestro planeta, así como el concepto del “Día Cero”. Lo anterior ha trascendido hasta las esferas de la gestión de riesgos siendo la propia empresa Standard & Poor’s (S&P), quien el pasado 4 de abril presentó su análisis de sostenibilidad, enfocado en la amenaza a las inversiones y actividades económicas por la escasez del agua en nuestro país, frenando el crecimiento e incrementando la deuda.

A pesar de que el reporte no constituye una acción de calificación a una empresa en específico o a nuestro país, si implica una alerta para quienes deseen invertir en México, pero sobre todo para las autoridades gubernamentales y la ciudadanía para actuar de manera coordinada, destinar más presupuestos y ahora sí tomar medidas duras, caras y sobre todo poco populares, para resolver la problemática.

Todos sabemos que el agua es un insumo importante para la producción de bienes y servicios y ante la falta de la misma, se tiene el peligro de incremento de costos, reducción de la capacidad de fabricación o incluso, el cierre de las empresas.

La parte relevante del citado informe es una gráfica en la que se ubican en un plano, las entidades federativas en función del estrés hídrico actual y la concentración económica en industrias sensibles al agua. La primera parte coincide con los diagnósticos académicos y gubernamentales, siendo la segunda la aportación más importante al tema. Así identifica a los siguientes estados en una situación crítica en materia de agua para la producción: Aguascalientes, Baja California Sur, Baja California, Sonora, Chihuahua, Zacatecas, Morelos, Ciudad de México, Sinaloa, Guanajuato y el Estado de México.

Las entidades antes mencionadas cuentan con una exposición superior al 70% de estrés hídrico y la falta de agua afectará de manera grave la actividad económica por lo que S&P, utilizando los escenarios definidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), simula la situación al 2050.

De acuerdo con todos los escenarios contemplados en el análisis, si no se toman medidas de adaptación, el número de estados mexicanos expuestos a un elevado estrés hídrico casi se duplicará a 20 (cerca del 60% del total de estados) en 2050, frente a los 11 (34%) en 2020. Los estados que se enfrentan a un mayor riesgo ya presentan escasez de agua y pueden experimentar menor crecimiento económico a medida que aumenten la frecuencia y la intensidad de las sequías. Un aumento de las inversiones en infraestructura hídrica a largo plazo podría debilitar el desempeño presupuestal de algunos estados y municipios y derivar en un mayor nivel de deuda, pero contribuiría en cierta medida a aumentar la resiliencia ante la escasez de agua. Finalmente S&P concluye que la respuesta gubernamental puede influir en el riesgo del estrés hídrico siempre y cuando se actúe de manera correcta, oportuna y con suficiente financiamiento.

PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE

Las regulaciones establecidas en los planes de manejo, ordenamiento territorial o desarrollo urbano no han podido controlar el abuso de los recursos naturales, han tenido que ser las empresas calificadoras quienes han dado una nueva alerta de la situación mundial. ¿Les haremos caso? Recuerden #SalvemosOjuelos.

Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.