Nada de abrazos y puros balazos

Numerosas han sido las ocasiones en que nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador ha indicado que la única estrategia que se tiene en contra del crimen organizado es “abrazos y no balazos”, y además no solo se le ha escuchado sino que ha sido contundente, se ha observado que la milicia no se ha enfrentado con los grupos del crimen, incluso se le ha visto vulnerable, se ha priorizado el bajar la violencia sin meterse con los grandes capos del narcotráfico, se le ha permitido operación al crimen y hasta se ha indicado la no detención a uno de los buscado por la DEA el hijo del Chapo Guzmán, bueno aún más allá, se ha dicho en las mañaneras que no hay que decirle “Chapo” sino Sr. Guzmán, con respeto.
Bueno pues resulta que 4 años diciendo y confirmando este mensaje se ha ido por la borda. En un operativo con los militares, marina, guardia nacional y policía, todos en coordinación, se detuvo a Ovidio Guzmán, sin que mediara video ni nada para corroborarlo como la vez anterior que no se le detuvo, sólo la palabra de la autoridad y los cientos de vehículos incendiados para cerrar las principales vías de acceso de la ciudad de Culiacán y de Santa María, que es donde vivía el hijo del Chapo.
La violencia a su máximo esplendor, con millones de casquillos tirados por todas las calles, incendios, bloqueos, saqueos y robos, todo como represalia de la detención de Ovidio. La mano del crimen contestó con berrinches criminales.
En términos generales la opinión pública aplaude tal detención y nuestra sociedad ve por primera vez una acción contundente y en contra del crimen. Sólo que quedan en el aire algunas preguntas ¿AMLO nunca quiso detener a Ovidio, por qué ahora sí? ¿Dónde quedaron los abrazos y no balazos? ¿Cambiará la política de seguridad a una afrenta al crimen? ¿La anterior “no detención” se debió por la ola de violencia y muertes que desataría, según AMLO, ahora en qué cambió, que hay de diferente ahora?
De cualquier forma, por ahora todo se resume al momento: Biden vino a México y previo a ello se tuvo a Ovidio como ofrenda. La pregunta sigue siendo ¿Por qué? La especulación es infinita, que si México va a recibir un dinero por ello, que si fue una indicación, que si es parte de acuerdos previos, que si AMLO no quería detenerlo y ahora demostró lo contrario; total que no se puede saber sino hasta a posteriori.
Ahora no se sabe qué va a pasar con la seguridad de México, no se sabe si el cartel de Sinaloa se quedará quieto, si habrá represalias, si la violencia terminará o si seguirá el estado de sitio que se sufrió en Culiacán, o si se replicará en otras ciudades.
Sin duda es un acierto el haber detenido a uno de los más buscados por la nación vecina y máximo socio comercial, no solo es un acto de justicia sino de apoyo colaborativo, incluso en el peor de los escenarios, seguirá siendo un acto en contra del crimen.
Mientras habrá que observar la cumbre de los tres grandes, saber cómo sale AMLO, atender la representación si será digna o no, si será medida o no, si será prudente o no. Terminado esta reunión entre Canadá, USA y México, se podrá saber mucho más de lo que esta pasando en le mundo del narcotráfico.
Ojalá que todo esto signifique un avance en la política de seguridad, porque no ha habido absolutamente nada en favor de la gente. La sociedad se siente cada vez más insegura, cada vez más vulnerable, hoy pareciera ir en favor de toda la gente.