GRILLANDO

Recuerdo cuando el primero de septiembre era el Día del presidente y en el que todos los reflectores tenían que ir enfocados al titular del Ejecutivo federal, algo que con el tiempo se fue degradando para transformarse en una rendición de cuentas más sencilla, lejos de los desfiles en auto para ir ante el Congreso mientras llovían papelitos tricolores.
Ayer el presidente de México, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, rindió su Cuarto Informe de Labores en Palacio Nacional, a través del cual manifestó el trabajo que ha realizado para que México avance y solucione sus problemas con el objetivo de ser una nación más justa y equitativa.
El mandatario nacional destacó su lucha contra la corrupción, por lo que no quitó el dedo del renglón al culpar a sus enemigos políticos de muchos aspectos en los que no se ha podido avanzar, sin embargo, reafirmó su voluntad de seguir trabajando para cumplir con los compromisos adquiridos y que al finalizar su gestión deben estar concluidos.
Lo cierto, es que estos cuatro años se han ido rápido en medio de una serie de debates referentes al trabajo que se ha realizado por parte del gobierno federal, donde hay aspectos que se pueden destacar, pero otros que son un pendiente como lo es la inseguridad y la disminución de la pobreza, aspectos que más allá del discurso son una realidad que nos impacta a todos los mexicanos.
Hoy vivimos en medio de una lucha ideológica que a lo largo de estos cuatro años ha permeado en todos los sectores generando que política y socialmente exista un distanciamiento importante, de ahí que ser imparcial actualmente sea prácticamente imposible, pues si hablas bien eres de Morena y si hablas mal eres del PRIAN.
Sin embargo, habrá que seguir siendo objetivo en lo bueno y crítico en lo malo, exigiendo el mayor profesionalismo y trabajo del actual gobierno federal a través del presidente LÓPEZ OBRADOR, que en sus manos tiene trascender como la figura histórica que siempre anheló ser o como uno más de sus antecesores de los últimos 50 años…

LA GRÁFICA DE HOY
De la joven comunicadora y fotógrafa FERNANDA GONZÁLEZ, es de una escena común en el Valle de Toluca donde particulares, comercios e inclusive autoridades, violan el Reglamento de Tránsito al poner objetos que obstruyen calles y banquetas, ya sea para apartar lugar o poner sus puestos, algo que lejos de ser sancionado se ha tolerado afectando la movilidad y la seguridad de los peatones y de quienes manejan un vehículo.
En la capital del país, aquellos que apartan lugares afuera de sus viviendas o negocios, cometen una falta a la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México que se puede denunciar ante las autoridades correspondientes, además de que representa una falta al Reglamento de Tránsito, por lo que aquellos que colocan botes, llantas, cadenas, tubos o cualquier objeto que obstruya el espacio público puede ser multado desde los 1,058 hasta los 3,849 pesos.
Sin embargo, en el Valle de Toluca los Ayuntamientos ignoran este aspecto tan importante tolerando que los particulares afecten todo un carril y se adueñen del espacio público, algo que en papel no debería suceder pero que es cosa de todos los días provocando inclusive mafias de franeleros que apartan espacios hasta en lugares prohibidos.
Ignoro qué tenga que suceder para que exista orden, pero por lo pronto afuera del periódico tengo el ejemplo de vecinos gandallas que han puesto cubetas o diversos objetos para apartar un espacio de la calle y las banquetas, algo que obviamente provoca coraje y que lamentablemente no tiene solución, pues en los hechos tenemos una autoridad a la que le vale solucionar un tema tan importante a favor de la cultura vial, la seguridad y el respeto a la norma.

Y VA DE CUENTO
Una chica va a la iglesia, entra al confesionario y le dice al cura ULISES URBINA: Padre, quiero confesarme porque mi novio me toco una teta.
El cura URBINA le pone de penitencia que vaya a la pila de agua bendita y se la ponga en la teta.
Al día siguiente la chica le dice: – Oh, señor cura, le toque la cosita a mi novio.
A lo que el padre URBINA le comenta: Ve a la pila y lávate las manos con agua bendita.
Al otro día nuevamente entra la chica y antes de entrar al confesionario le dice al padre: Ni se preocupe padre, ya sé que tengo que hacer unas gárgaras…

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en Twitter en @pepenader y en [email protected]

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