SIN TON NI SON

Con el fallecimiento de mi admirada cantante Olivia Newton John, acaecido hace algunos días, me vino a la mente su canción “Xanadú” y con ella me traslade a los míticos lugares que a lo largo de la historia han sido nombrados y formulado historias y leyendas a su alrededor, pero no ha quedado ningún registro físico. Esto los ha convertido en lugares perdidos para algunos, fantásticos para otros, o simplemente se han quedado como leyendas. Esta vez les platicaré acerca de algunos de ellos, empezando, por supuesto con
Xanadú. Es un nombre muy utilizado en el mundo anglosajón para evocar un lugar de lujo y misterio o exuberancia. Por ejemplo, para bautizar lugares imaginarios o establecimientos fantasiosos. Sin embargo, el original Xanadú era la capital de verano del Imperio Mongol de Kublai Khan, el cual ocupaba gran parte de Asia. Hallazgos arqueológicos concluyen que la ciudad estaba situada en la actual provincia de Mongolia Interior, en China. La ciudad tenía tres partes: la «ciudad exterior», la «ciudad interior» y el palacio, donde Kublai Khan permanecía en verano.
Shangri La (o Shambhala). Es un paraíso perdido donde se encuentra la fuente de la eterna sabiduría. Se cree que ahí viven seres inmortales en perfecta armonía con la naturaleza, un lugar del Himalaya en el que había paisajes maravillosos y donde el tiempo se detenía en un ambiente de paz y frescura. El hinduismo, el shamanismo y el budismo hablan sobre este lugar. La leyenda afirma que el Shambhala se encuentra más allá del Tibet, entre los imponentes picos de Asia Central.
El Jardín del Edén. Es el lugar que habitaron Adán y Eva. Se cree que este jardín paradisíaco fue plantado por el mismísimo Dios y que los frutos de sus árboles aparentaban ser joyas radiantes. Se cree que se ubica en Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates.
El Dorado. Es un lugar mítico de América, se supone que tenía grandes reservas de oro y los conquistadores españoles lo buscaron con gran empeño, atraídos por la idea de un lugar con calles pavimentadas de oro, en donde el preciado metal era algo tan común que se despreciaba. Muchos de ellos murieron en el intento por descubrir la ciudad, ya que las largas expediciones transcurrían por la selva.
Aztlán. Es un lugar mítico de la cultura azteca del que se empezó a hablar a partir de la conquista española. El Aztlán supuestamente es una especie de paraíso en la Tierra, donde no existe la enfermedad ni la muerte, y es de donde partieron los Aztecas para fundar la gran Tenochtitlán.
La Atlántida. La describió por primera vez Platón, donde se situaba la sociedad ideal que el filósofo plantea en su teoría política. Fue una isla que fue destruida por un terremoto y, que además, un tsunami se encargó de dejarla sumergida bajo el agua. Algunas hipótesis creen que la Atlántida se encontraría bajo el Mediterráneo, otras aseguran que sería bajo el Océano Atlántico.
Los Campos Elíseos. Homero describe a los Campos Elíseos como el lugar donde se encuentra Radamantis, uno de los jueces del Infierno. En este lugar nunca hay nieve, ni inviernos duraderos, ni lluvia, o sea un paraíso, como se han descrito tantos otros.
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