GRILLANDO

En una de esas platicas de cantina hablaba con un fumador empedernido que me decía que el problema de los no fumadores era que no respetábamos el derecho de los que sí lo hacían, algo que se me hizo absurdo pues le comentaba que cada quien decide cómo tratar su cuerpo y cuidar su salud, sin embargo, también le señalé una realidad que aunque les duela nos afecta a todos y es que, los fumadores a nivel global y nacional representan un enorme golpe al erario público por las enfermedades crónicas que desarrollan y que en la mayoría de los casos son atendidas en instituciones de salud pública, eso sin dejar de hacer énfasis en lo molesto y asqueroso que es el humo y el olor a tabaco.
Y esto lo comento porque precisamente la Secretaría de Salud a través de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios emitió una alerta sanitaria máxima por los riesgos a la salud que representan los vapeadores, algo muy similar a los cigarrillos y que están compuestos por sustancias carcinógenas, tóxicas y emisiones en forma de aerosol que representan un grave riesgo para la salud.
Lo peor de todo, es que estos vapeadores están llegando a miles de adolescentes y jóvenes pues hay muchas máquinas expendedoras que los venden sin ningún control, tal como hace poco lo denuncié pues varios padres de familia están molestos de que en Metepec frente a la plaza Town Square haya una de estas máquinas cuyos principales compradores son menores de edad.
Así que en el Estado de México es urgente que la Secretaría de Salud y la Legislatura trabajen para que de entrada este tipo de vapeadores tan dañinos para la salud no se vendan como si fueran dulces, tengan mayor control y de forma definitiva retiren este tipo de máquinas como lo han hecho en otros estados donde están prohibidas.
Entonces no solo se trata de hablar del derecho de los fumadores sino de los daños que ocasiona está práctica a una nación o sociedad, de ahí que los controles deban ser mayores e informar sobre las grandes afectaciones a la salud que ocasionan los vapeadores los cuales desafortunadamente cada vez están más de moda.

LA GRÁFICA DE HOY
Es de nuestra querida alameda de Toluca en donde en compañía de mi amada “Bala” VICTORIA y unas amigas fuimos a echarnos una tradicional y rica nieve de “La Presumida”, donde observaba que prácticamente la mitad de la gente ya no trae cubrebocas, algo que es urgente atiendan las autoridades pues ya es necesario retirar su uso y pasar a otras medidas sanitarias que además se deben convertir en hábitos.
Soy uno de los convencidos de que el uso de cubrebocas evitó millones de contagios de Covid-19, sin embargo, ante la baja en los casos de contagio y decesos, las autoridades de salud del Estado de México deben preparar las estrategias para ir retirando su uso pues, dicho sea de paso, después de dos años estamos hartos de seguir usando este objeto que nos limita en muchos sentidos.
Además, algunos actores políticos que defienden que se siga usando son unos hipócritas pues son los que menos lo usan en varias de sus actividades oficiales y personales, de ahí que se tengan que fortalecer otro tipo de medidas como la vacunación a toda la población, hábitos sanitarios como el lavado de manos, el uso de gel, sana distancia y otras medidas que ojalá hayan llegado para quedarse.
Así que el llamado a las autoridades mexiquense para que ya no sea obligatorio el uso de cubrebocas y así después de tantos años podamos quitarnos un cubrebocas que dicho de paso nos deja una lección filosófica enorme y que para mí es estar listos para escuchar doble, ver doble y hablar menos, en pocas palabras, más acciones y menos palabras en todos los sentidos para construir un planeta mejor.

Y VA DE CUENTO
Una señora quería comprar un loro. Va a la tienda de mascotas y el joven que la atiende le comenta que sólo tiene un loro, pero que éste había pertenecido a una señora, que tenía un burdel, por lo cual su vocabulario, no era del mejor, sino lo contrario, era altamente insolente.
A la señora no le importó, y dijo que lo educaría nuevamente.
Llega a su casa, destapa la jaula, y el loro comienza: ¡Nueva casa, nueva madame!
La señora suelta una carcajada, y espera ansiosa a que sus hijas lleguen de la escuela.
Llegan las chicas y el loro al verlas dice: ¡Nueva casa, nueva madame, nuevas chicas!
Las hijas no pueden contener la risa y esperan a que su padre llegue para que vea al loro.
Llega el papá a la hora de la comida y el loro dice: Nueva casa, nueva madame, nuevas chicas, pero los mismos clientes… ¡Hola ESTEBAN OLIN!

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en Twitter en @pepenader y en [email protected]

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