Realizan conferencia “Las maestras rurales mexicanas: una historia de empoderamiento”

Toluca, Méx.- En el Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México (ISCEEM) que dirige el doctor Eduardo Blanco Rodríguez, en el 41 Aniversario de la institución y en el marco del Día Internacional de la Mujer fue dictada la conferencia de la doctora Oresta López Pérez, titulada “Las maestras rurales mexicanas: una historia de empoderamientos y resistencias”, con la finalidad de crear un espacio académico, de divulgación, intercambio y reflexión en torno al devenir histórico de las maestras.
Al dar la bienvenida el doctor Eduardo Blanco, no solo reconoció a la conferencista, sino a la gran mujer, dándole la palabra a la doctora Oresta, quien puntualizó “es un día de reflexiones, de lucha y de desafíos, de todo lo que falta por construir, en el magisterio y en la educación”; y así comenzar con un recorrido de lo que representa el 8 de marzo que se determinó en la Segunda Reunión Mundial de Mujeres Socialistas, celebrada en 1910 en Conpenhague, Dinamarca, siendo la política alemana Clara Zetking quien propone esta fecha como el Día Internacional de la Mujer.
Posteriormente habló de la importancia de dejar de promover creencias patriarcales que oprimen a las mujeres, de simulaciones en las políticas, donde no se termina con la impunidad frente a la violencia y los feminicidios, pidiendo que se avance en las políticas de igualdad. Por ello dijo: “si hay un gran desafío es el momento histórico, existen varias olas feministas en las que se ha podido avanzar”.
Asimismo, expresó que la primera ola del siglo XVIII hasta el XIX, la agenda es de los derechos civiles a la educación, el trabajo y el derecho al voto, con mujeres independentistas ilustradas por la Revolución Francesa, como Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra, que reclamaban derechos, sin dejar de mencionar a Sor Juana Inés de la Cruz. En la segunda ola hasta la década de los cincuenta integra a mujeres educadas, escritoras y maestras como Juana Belén, Elisa Acuña, Dolores Jiménez y Muro, Carmen Serdán y María Arias Bernal, que también fueron maestras y luchaban por el derecho al divorcio, al sufragio en 1917 principal aporte a la causa feminista; la igualdad entre hombres y mujeres; y la igualdad salarial.
En la tercera ola de la mitad a finales del siglo XX se reivindica el acceso a la educación superior y a las profesiones, el derecho a la salud sexual y reproductiva, la anticoncepción, la lucha contra los estereotipos y las desigualdades laborales y el activismo académico, siendo mujeres que empezaron a cuestionar, reclamar y redefinir las palabras y medios que han transmitido ideas, entre ellas Kimberle Crenshaw, Simone de Beauvoir, Judit Butler y Betty Friedan, siendo la década de los sesentas donde el feminismo es radical, con grupos de autoconciencia y la creación de centros alternativos de ayuda.
Y actualmente la cuarta ola, con la visibilidad que ésta les ha dado a todos sus reclamos, donde la mujer ha tenido que luchar contra la violencia, los feminicidios, las exigencias de políticas de igualdad, los activismos y redes digitales, los nuevos lenguajes y escenarios de denuncia, la fuerte organización en colectivas y la articulación de movimientos locales, nacionales y globales.
Puntualizó: “Como profesión hemos sido impactadas, así en el siglo XIX las mujeres privilegian su ingreso al magisterio como único espacio al que se pude acceder, se crea la feminización del magisterio rural como un buen oficio o profesión liberal que permite conciliar trabajo y familia; pero inician con gran desigualdad de género y con salarios mucho más bajos. Pero tendríamos que ver que se ha hecho por las mujeres que se dedican a la educación y que ha hecho la política educativa, para no naturaliza y transformar esta profesión, donde la feminización se convierta en empoderamiento, en igualdad y en un sitio de dignificación”.
Además, hablo de los niños de guerra, que después se convirtieron en maestros y maestras, reconociendo a José Vasconcelos (creo entre 1920 y 1924 más de 6 mil escuelas y 11 mil plazas), además construyó un discurso para humanizar la Revolución Mexicana a partir de la educación rural, para pacificar y crear nuevas ciudadanías, siendo él quien con mensajes contribuye a que sean aceptadas y además crea una conciencia de mística entre los maestros, logrando la capacitación de 400 maestros de ellos en cursos de invierno en la Universidad Nacional de México, teniendo como conferencistas a Gabriela Mistral, Ezequiel Chávez, Moisés Sáenz, José María Bonilla y Eugenio Latapí; pero no tenían prestaciones y en muchas ocasiones ni les pagaban.
Hablo de las maestras que participaron en la Secretaría de Educación como Gabriela Mistral, Elena Torres, Eulalia Guzmán, Antonia Rivas Mercado, Elena Landázuri, Palma Guillén y Estefanía Castañeda, entre otras. Creándose la educación mexicana posrevolucionaria que integra el arte, la lectura de los clásicos, la alfabetización y la justicia para los campesinos e indígenas; y en 1923 las misiones culturales donde maestras y maestros llevan la nueva reforma educativa.
Así el modelo de la educación Rural promueve la alfabetización de las y los campesinos, la reforma social agraria, la vinculación pedagógica con las comunidades, la democratización de la educación, la educación especializada para maestros rurales, la educación mixta y la educación incluyente de los más pobres.