Negando la realidad

La vida no es como es… es como no la contamos, la realidad no siempre es como nos gustaría pero es lo que hay, y en México, los problemas de ayer son los de hoy, llevamos décadas refrendando nuestra cuota de pobreza y desigualdad y para algunos, el tema ya ni siquiera parece ser noticia, es “normal”, pero no puede ser normal que haya personas que no cuentan con lo indispensable para vivir, gente que trabaja todos los días y sigue siendo pobre resultado de un mercado laboral injusto donde cada día se trabaja más pero se gana menos.
El pasado jueves 5 de agosto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), presentó las estimaciones de pobreza multidimensional 2020 (abarca educación, acceso a los servicios de salud, de seguridad social, alimentación y vivienda) que nos aproximan a lo que estamos viviendo actualmente los mexicanos. Entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población en situación de pobreza aumentó de 41.9 por ciento a 43.9 por ciento, mientras que el número de personas en esta situación pasó de 51.9 a 55.7 millones de realidades que todos los días se enfrentan a una situación de carencias y desventajas.
El presidente López Obrador, expresó que “no acepta” el incremento de 3.8 millones de nuevos pobres en el país, pero esto, no es cuestión de aceptarlo o no, es de reconocer que la población en México está empobreciendo cada vez más y es evidente que algo no se está haciendo bien, la estrategia para atender la pobreza no está funcionando como se espera, y más allá de demeritar el estudio, es necesario realizar ajustes. La idea es que a partir de la información obtenida se puedan tomar mejores decisiones en materia de política social y que el presidente cumpla con una de sus promesas de campaña y bandera de gobierno, “primero los pobres”.
Para 2020, cinco entidades concentraron el 43.8 por ciento de la pobreza nacional; Estado de México (8.3 millones), Veracruz (4.7 millones), Chiapas (4.2 millones), Puebla (4.1 millones) y la Ciudad de México (3 millones) quienes concentran más de 24 millones de pobres. En este contexto, la población en situación de pobreza extrema también presentó un incremento de 7.0 por ciento a 8.5 por ciento, es decir, de 8.7 a 10.8 millones de personas.
En términos de carencias sociales, el mayor cambio entre 2018 y 2020 es un aumento de 12 puntos porcentuales en la carencia por acceso a los servicios de salud, que pasó de 16.2 por ciento a 28.2 por ciento. Otras carencias que aumentaron en menor medida son el rezago educativo y la carencia por acceso a una alimentación nutritiva y de calidad. Esto debe de ser visto más allá de la información técnica, debemos tomar consciencia de cómo nos impacta y de manera seria, responsable y comprometida pensar ¿Qué vamos a hacer? Y no solo desde el gobierno, sino desde la sociedad civil.
Es un hecho que la pobreza es una problemática que viene de muchos años atrás y la pandemia de COVID-19 la exacerbó en los últimos dos años, pero no por ello se justifica. Desde Palacio Nacional y para no perder la costumbre, el presidente aseguró que él tiene otros datos, que la gente ha estado recibiendo más apoyos durante su Gobierno y eso es cierto, el problema es que estos “apoyos” además de no llegar a quienes realmente lo necesitan, son insuficientes, debe de ir acompañado de inversión pública y privada sostenida.
La pobreza es parte de un problema estructural, se debe comenzar por generar empleos con salarios que permitan una vida digna, ya que existen miles de mexicanos que no ganan ni siquiera lo mínimo para la canasta básica. No basta con repartir dinero y menos cuando no llega a la población objetivo. En México, los ricos son cada vez menos y los pobres cada vez más. Concluyo diciendo que, “ninguna sociedad puede ser floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables “, Adam Smith.