Lo inexplicable de la realidad

Ninguna sociedad puede ser floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables, Adam Smith (1958). La frase de este economista y filósofo escocés, hace recordar que la pobreza es la muestra visible de las desigualdades que experimentan de manera cotidiana cientos de personas en el mundo, una expresión fehaciente del incumplimiento del papel del Estado para generar condiciones que permitan mejorar la calidad de vida de las personas.
A dos años de gobierno del presidente López Obrador, es buen momento para recordar aquello que fue parte de su lema de campaña y que probablemente influyó en su triunfo; “primero los pobres”, donde no se cuestionarán las buenas intenciones del mandatario, pero las cifras no son alentadoras. Según un informe del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), de la UNAM, señala que la pandemia dejará alrededor de 12 millones en pobreza extrema por ingreso al pasar de 21 millones de personas en 2018 a 33 millones hasta el corte de junio de 2020.
Estamos prácticamente al cierre del año. Hemos rebasado las 100 mil defunciones por COVID, sumado a una pandemia de pobres que condenara a varias generaciones a una situación de carencia y desprotección. De nuestros gobernantes cada vez esperamos menos, pero si algo peor de lo que hemos visto, y para muestra el caso de la ex Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, quién no actuó sola, pero el asunto en el que está involucrada, es el ejemplo de la calidad de políticos que “nos representan”.
Una mujer que por varios meses se había considerado a sí misma como una perseguida política, hace un par de días hizo memoria y ha recordado su participación en el desvió de recursos de los más necesitados de nuestro país, las personas en condición de pobreza bajo el esquema de “la estafa maestra”. Ella no es ninguna víctima, es una mentirosa y las víctimas fueron aquellas personas que se quedaron sin el recurso de aquel programa denominado “la cruzada nacional contra el hambre”, que fue utilizado entre otras cosas, para la compra de votos a favor del PRI.
No basta decir que con la 4T todo está cambiando si al final, las cosas cambian para mantenerse igual. Se percibe mayor interés en el uso político y electoral de este tipo de casos, que en la búsqueda de la verdad. No necesitamos un sistema judicial que produzca venganza sino justicia, trasparentar los procesos y contar con una mayor rendición de cuentas, que nos digan ¿En qué va el caso Lozoya? ¿Qué pasará con el General Cienfuegos? ¿Hasta dónde se está dispuesto a llegar con el tema de Rosario Robles?
No obstante, la evaluación realizada debe ser cuidadosa y considerar el tema de la pandemia y “el cochinero” que le dejaron como lo ha señalado el presidente, que al pasar de los meses se sabe que no es del todo falso. De acuerdo con el “AMLOmetro” realizado por Enkoll, agencia de investigación especializada en estudios de mercado, electorales, y de opinión pública, el presidente llega con 61% de aprobación a su segundo año de gobierno, subió 3 puntos porcentuales respecto a la encuesta anterior del mes de agosto. Si se compara con su primer año, existe un descenso de 11 puntos, pero nuevamente, no se puede pasar por alto el desgaste al gobernar y el tema sanitario que ha golpeado a todos los gobiernos a nivel mundial, y aun con ello, los números le favorecen.
La realidad se construye a cada momento. Lo que cada ciudadano y ciudadana percibe, valora y evalúa, depende de múltiples factores y circunstancias, entender el pensar y el actuar del ser humano es algo sumamente complejo. Los datos en economía, salud, empleo y seguridad son alarmantes, la “realidad” de algunos dice que esto no marcha bien, por lo que resulta difícil encontrar alguna” lógica” o “cuadratura” a la evaluación del presidente, y ante mi incapacidad para dar una lectura o interpretación de esto, solo puedo recurrir a Carlos Monsiváis y decir que, “O ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba entendiendo”.