El SIDA en la comunidad maya peninsular, notas para entender los factores de una discriminación silenciosa, (Parte II)

La semana pasada a través de este espacio comenzó el análisis del aumento de casos de SIDA en la comunidad maya peninsular en el sureste mexicano, situación que ha detonado la discriminación de quienes padecen esta enfermedad al interior de los núcleos de población de esta etnia en los estados de Quintana Roo, Yucatán y Campeche.
Como quedó expuesto, el principio de vulnerabilidad social es uno de los principales factores de la infección por VIH-SIDA entre los miembros de la comunidad maya peninsular, que no es lo mismo que la conceptualización de la pobreza, ya que esta última de conformidad a los estándares y criterios emitidos por las autoridades nacionales como el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (CONEVAL), o bien, internacionales como el Banco Mundial (BM), Banco Interamericano del Desarrollo (BID), la Organización de Estados Americanos (OEA) o la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), interpretan y miden a la pobreza con base en el nivel de suficiencia de ingresos, mientras que la vulnerabilidad social da cuenta del impacto psicosocial “la indefensión, inseguridad, exposición a riesgos, shocks y estrés” (Chambers, 1989, pág. 34).
Bajo este sentido y de conformidad a las cifras emitidas por el CONEVAL hasta 2018, el porcentaje de personas que viven en pobreza por cada una de las entidades federativas donde se localiza la población maya es el siguiente: Campeche 46.2%, Quintana Roo 27.6% y Yucatán 40.8% (CONEVAL, 2019), haciendo hincapié que estas cifras consideran estadísticamente elementos como el ingreso, el rezago educativo, el acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y grado de cohesión social. Lo anterior, ilustra las duras condiciones de vida prexistentes en dichas entidades federativas. Sin embargo, se advierte que el estudio en comento no identifica la población maya que se encuentra en situación de pobreza.
No obstante, la relación del tema de la pobreza al interior de la población maya con el de la proliferación de las infecciones por VIH en la península de Yucatán se da en virtud del fenómeno migratorio semanal o quincenal de mujeres y hombres (principalmente éstos últimos) que por las industrias de la construcción o del turismo salen de sus comunidades para ir a trabajar a lugares como Mérida, Cancún y/o la Riviera Maya, (Quintal López & Vera Gamboa, 2014, pág. 103). De lo anterior, se advierte que al ser estas ciudades centros de una derrama económica importante por las actividades productivas que desarrollan, proliferan actividades que se enmarcan en conductas como la prostitución en una creciente demanda nacional y extranjera de este tipo de servicios, situación que gesta conductas de riesgo como la ausencia en el uso de preservativos y el bajo control sanitario de los clientes y personal activo dentro del comercio sexual, para muestra de lo apuntado se advierte que: “La migración pendular está asociada a una serie de prácticas de riesgo enmarcadas en contextos de vulnerabilidad que apuntan a un giro en la epidemia del VIH/SIDA y, como se ha anotado con relación a la migración pendular, se carece de una estimación correcta de sus dimensiones” (Quintal López & Vera Gamboa, 2014, pág. 110).
Siguiendo este orden de ideas, la migración intermitente entre los núcleos de población maya y los grandes centros turísticos, gubernamentales, económicos y de contratación de servicios ubicados en Cancún, Mérida y la Riviera Maya, son un atractivo para una población marginada por la falta de desarrollo y fuentes de empleo, por lo que con independencia de la orientación (heterosexual u homosexual) de las prácticas sexuales, la migración prolifera la infección por VIH-SIDA, “La condición de migrante es considerada un factor de riesgo para la adquisición de VIH/sida por varias razo¬nes. Al encontrarse lejos de sus comunidades, los hombres migrantes se ven libres de aquellos controles sociales coti-dianos que, de alguna manera, regulaban su conducta sexual dentro de ciertos límites. Esto, aunado a un contexto de ma¬yor permisividad, a un anonimato relativo y a la ausencia de sus parejas, aumenta la posibilidad de sostener encuentros sexuales con un mayor número de personas y sin la protec¬ción adecuada” (Magis, Bravo, Gayet, & Rivera, 2008). Siguiendo esta óptica, la migración no es una problemática per se para la proliferación del VIH-SIDA en la comunidad maya, el problema radica en el regreso de los migrantes a sus comunidades después de haber sostenido relaciones sexuales de alto riesgo.
En este entendido, en la próxima contribución sobre este tema se profundizará en los aspectos culturales que muestran el desconocimiento de la comunidad en estudio del VIH-SIDA, componentes que inciden directamente en la discriminación latente en la etnia maya peninsular.
To be continued…
Twitter: @EdgarMaPe
Referencias:
Chambers, R. (1989). Vulnerability: How of Poor Cope? IDS Bulletin.
CONEVAL. (2019). Diez años de medición de pobreza multidimensional en México: avances y desafíos en política social. México: CONEVAL. Obtenido de https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Documents/Pobreza_18/Pobreza_2018_CONEVAL.pdf
Magis, C., Bravo, E., Gayet, C., & Rivera, P. y. (2008). El VIH y el sida en México al 2008: hallazgos, tendencias y reflexiones. México: CENSIDA.
Quintal López, R., & Vera Gamboa, L. (julio-diciembre de 2014). Migración, etnia y género: tres elementos claves en la comprensión de la vulnerabilidad social ante el VIH/SIDA en la población maya de Yucatán. (UNAM, Ed.) Península, 99-130.