SIN TON NI SON

El primer templo judío, fue construido en Jerusalén en el siglo X antes de Cristo, ordenado por el Rey Salomón. Esta construcción tenía tres propósitos: que se convirtiera en el eje central de la fe judía en Israel; que fuera un lugar donde se realizaran sacrificios de animales en honor a Dios; y, el tercero y de mayor importancia, que sirviera como custodio del Arca de la Alianza, con los Diez Mandamientos entregados a Moisés en el Monte Sinaí, en su interior.
El templo en mención que, además, se construyó durante uno de los períodos de mayor riqueza de la historia de Israel, fue destruido en el año 586 antes de Cristo por el gobernante babilonio Nabucodonosor II, quien saqueó el recinto y, probablemente, se llevó el Arca de la Alianza y los Diez Mandamientos. No satisfecho con ello, desterró a los judíos de la parte sur de Israel, conocida como la tierra de Judá.
Cuando los judíos regresaron del exilio, reconstruyeron el templo en una tarea que duró 31 años y quedó terminado en el año 515 antes de Cristo. Esta vez volvió a tener éxito y prosperidad, hasta que en el año 19 antes de Cristo el rey Herodes el Grande echó a andar un ambicioso proyecto de expansión del templo, el cual incluía un enorme muro de contención alrededor de todo el recinto. El templo permaneció de esta forma hasta el final del siglo I después de Cristo. En estos años las tensiones entre judíos y cristianos empezaron a hacerse más grandes, y hay que recordar que en ese momento más o menos el diez por ciento de la población del Imperio romano era judía, además de que muchos que no eran judíos los respaldaban (curiosamente, no se unían a esta fe debido al requisito de ser circuncidados).
Debido a las tensiones existentes un grupo de zelotes (un movimiento político-nacionalista), se rebeló en el 66 después de Cristo y generaron una revuelta contra los romanos, que duró varios años. Los gobernantes romanos, temerosos de que se extendiera el conflicto a otras regiones y a otras sectas, en respuesta a la revuelta, arrasaron por segunda vez el templo. Así empezó la disgregación de los judíos fuera de Israel
En la actualidad el Monte del Templo, lugar donde se edificaron el templo original y su reconstrucción, es considerado el lugar más sagrado del judaísmo, aunque también es de gran importancia para el cristianismo y el islam, pues la mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca, construidas ambas en el siglo VI después de Cristo, son el tercer lugar sagrado en importancia para los musulmanes.
El famoso muro de los lamentos es parte del muro de contención que construyó el rey Herodes, y sobrevivió a los actos destructivos de los romanos manteniéndose aun en pie. También se le conoce como muro de las lamentaciones o muro occidental y es una reliquia sagrada motivo de peregrinaciones desde todo el mundo.
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