SIN TON NI SON

Yo nací a mediados de la segunda mitad del siglo pasado y considero que los de mi generación hemos vivido una época muy especial debido a las características que han modelado la sociedad mundial; en 1950 la población del mundo era de 2600 millones de personas y, al día de hoy, tan sólo en 70 años se ha triplicado la cantidad de gente que habita nuestro planeta, 7700 millones. O sea que, desde que el hombre dio muestras de civilización hasta 1950 (unos 12 mil años) la población se fue incrementando a un ritmo que para nada tiene que ver con el de los últimos setenta años.
¿Qué hemos visto en este período, al que me estoy refiriendo? Recuerdo que cuando era niño sólo una o dos familias de la cuadra tenían televisión, en aquella época era más común distraerse, incluso en familia, escuchando las transmisiones de programas por la radio, noticieros, béisbol, futbol y lo más sobresaliente de la época: las radionovelas, que con su eficiencia narrativa y sus trucos para generar sonidos hacían las delicias de los radioescuchas. También recuerdo que crecí leyendo las historietas de dibujos como el pato Donald, Archie, Kalimán y Chanoc. La reina de esas historietas: Superman. Poco a poco se fue extendiendo el mercado de la televisión y, alrededor de 1968 surge la televisión a color ¡una maravilla!
Pero, justo a partir de 1968 nuestro mundo empezó a transformarse, muchas naciones sufrieron revueltas sociales, donde estudiantes, trabajadores y la sociedad en general se rebelaron contra el régimen establecido, surgieron los Beatles, que provocaron un cambio de paradigmas en el comportamiento de la juventud y que la sociedad poco a poco fue admitiendo, surgió el movimiento Hippie; los avances tecnológicos condujeron al hombre a la Luna, las transmisiones telefónicas empezaron a realizarse a través de satélites, ¿se acuerdan del Pájaro Madrugador? Y las comunicaciones empezaron a trascender los océanos y continentes. Por los años de 1973 o 74 empezaron a surgir las calculadoras, que realizaban las cuatro operaciones básicas, una calculadora que obtuviera la raíz cuadrada ya era algo extraordinario. Por esos años la computadora de la UNAM, que utilizábamos todos, ocupaba una superficie de unos cien metros cuadrados y ayudaba a reducir los tiempos de trabajo de los estudiantes y los investigadores de todas las facultades. Ya para finales de los años setenta se empezaron a ver en televisión partidos de futbol transmitidos en directo desde Europa, pudimos ver jugar a Hugo Sánchez en vivo.
A principios de los años ochenta aparecieron las computadoras de escritorio, que en poco tiempo una sola de esas computadoras tenía más capacidad de procesamiento que la que mencioné que teníamos en la UNAM. Y después aparece el Internet, la maravilla de maravillas, comunicación instantánea con cualquier parte del mundo. Aparece la telefonía celular, que nos acerca un teléfono a prácticamente cada habitante del planeta. Ese teléfono celular se convierte en una computadora que puedes cargar en la bolsa de tu camisa, sacar fotografías de alta definición y compartirla con cualquier persona en cualquier parte del mundo.
Sin embargo en este año 2020, el día de hoy, la humanidad se enfrenta a un reto de carácter mundial, un reto que no sólo los científicos, los estudiosos, los que ostentan el poder, los ricos, los adelantados, pueden afrontar, es un reto que involucra a cada uno de los seres que habitamos este planeta y que, estoy seguro, si cada uno de nosotros hacemos lo que nos toca hacer podremos salir adelante y continuar con la ola de progreso que nos arrastra, eso sí: Estoy seguro que este conflicto marcará un antes y un después para la especie humana y hago votos por que nos ayude, a partir de entonces, a ser mejores personas.
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