POLÍTICA AMBIENTAL

La conmemoración del Día Mundial del Agua no debe de quedarse solo en eso, la reflexión, la motivación pero sobre todo la acción deben de seguir de manera continua.
Estamos a once años de llegar al año 2030 y una de las metas del Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible es garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para toda la población, por ello el énfasis de “no dejar a nadie atrás”.
Hoy en día millones de personas viven todavía sin agua potable para sus necesidades básicas y actividades productivas. Requieren el agua y luchan por agua para sobrevivir y prosperar. Lamentablemente, solo mediante foros, manifestaciones, marchas o incluso la violencia, hacen notas sus necesidades y aun así, las autoridades responsables del diseño y aplicación de políticas públicas, a menudo se olvidan los grupos marginados: mujeres, niños, refugiados, indígenas, personas con discapacidad y muchos otros. O bien, se los discrimina cuando intentan conseguir y gestionar el agua potable que necesitan.
Se debe de entender por “agua potable” al “servicio de abastecimiento de agua potable gestionado de manera segura” es decir, agua a la que se puede acceder en las viviendas, cuando se necesita y que no está contaminada. En nuestro país, el citado servicio lo atienden los Ayuntamientos conforme a lo indicado por el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En 2010, las Naciones Unidas reconocieron que “el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.” Por derecho humano al agua se entiende el derecho de toda persona, sin discriminación, a disponer de agua suficiente, segura, aceptable, accesible y asequible para uso personal y doméstico, y comprende el agua para el consumo, el saneamiento, la colada, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica.
Los “motivos de discriminación” para que algunas personas resultan especialmente desfavorecidas en lo que respecta al acceso al agua son: el sexo y el género; la raza, la etnia, la religión, la condición de nacimiento, la casta, el idioma y la nacionalidad; la discapacidad, la edad y el estado de salud; la tenencia de bienes, el lugar de residencia, y la situación económica y social.
Otros factores como la degradación del medio ambiente, el cambio climático, el crecimiento demográfico, los conflictos, los flujos de migración y los desplazamientos forzosos.
A fin de cumplir con el propósito de “no dejar a nadie atrás”, se deben concentrar los esfuerzos en incluir a las personas que han sido marginadas o ignoradas. Los servicios de abastecimiento de agua deben satisfacer las necesidades de los grupos marginados y sus voces deben ser tenidas en cuenta en los procesos de adopción de decisiones. En los marcos normativos y jurídicos debe reconocerse el derecho de todos al agua, y debe proporcionarse financiación suficiente, de forma equitativa y efectiva, para los que más la necesitan.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
Seguramente en tu calle, manzana, fraccionamiento, barrio o colonia hay problemas de agua. Ya pasaron las elecciones de autoridades auxiliares y delegados por lo que pronto se les dará su nombramiento y empezarán sus actividades.
Te recomiendo que las busques y busquen elaborar un programa de mejora ambiental e hídrica para ser presentado posteriormente a las autoridades responsables del agua en tu municipio.
Debes ser proactivo, no reactivo, el rezago en materia de los servicios públicos en el país es enorme y de igual manera en otras partes de la orbe tal y como lo reconocen en la Organización de las Naciones Unidas.
Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Twitter @cuencalerma o por Facebook