EL VALLE DEPORTIVO

Todo comienza como una aventura, como una fortuita oportunidad de vida en desarrollar habilidades. Por supuesto que existen las que mejor se nos dan y otras de plano ni pensarlo. Conforme vas creciendo te vas adaptando al maravilloso y vertiginoso mundo del deporte según sea tu interés, que en su gran mayoría va acompañado de una expresión de querer ser campeón de alguna disciplina, de una gran admiración por tal o cual deportista y/o atleta, y en todo caso por imitación, con toda esa adrenalina que te produce el soñar, creer y poder crear una imagen similar o quizás hasta mejor de uno mismo.
El deporte es así. Siempre ha existido el preámbulo de la dedicación al 100% por dedicarse en cuerpo y alma a la actividad fisco deportiva, sin embargo, son muy pocos los que llegan a trascender en las más altas esferas del deporte federado y asociado. Los demás no pasamos de amateurs que buscamos afanosamente la oportunidad de reunirnos para echar la polilla (en mi caso) y disfrutar un par de horas llenas de éxtasis por el simple hecho de practicar un deporte, y si es el favorito, uffff, mucho más.
Ciertamente cuando vamos creciendo aspiramos a colocarnos en el argot como deportista y derrochar esas habilidades. Procuramos acudir a un centro deportivo para contar con mejores herramientas y aprovechar nuestras habilidades; convocamos a nuestros familiares y amigos más cercanos para conformar grupos que puedan competir, pero siempre con la mística idea de hacer lo que más nos gusta. Y es ahí cuando nos topamos con pared al saber y sufrir (en muchas de las ocasiones) que si no acudes a un centro deportivo privado, difícilmente crecerás en el sector público por las miles de condiciones adversas que de pronto y como por arte de magia se presentan para bloquear a la población y en el peor escenario, hasta para alejarlo y luego entonces, convertir esos espacios en los denominados centros de reunión de vándalos y otros síntomas de corte social y económico que tanto daño le hacen a todo el país.
Y lamentablemente para muestra dos botones de semejantes dimensiones que nos deben poner a colaborar a todos. Por un lado está la consabida situación que enfrenta el Comité Olímpico Mexicano que aún no puede abrir el espacio deportivo que desde hace muchos años ha sido la casa de muchos deportistas, atletas, entrenadores, y público en general para que hagan uso de sus instalaciones y sea la meca de atracción para generaciones venideras. Sigue cerrado por el tema económico y por la no asignación del recurso. Lo peor del tema es que estamos en un año preolímpico y se debe poner toda la carne en al asador porque Tokio 2020 ya se asoma y de esto, tal pareciera que ciertas “autoridades” ni se han enterado o más aún, se han hecho de la vista gorda. Señores, el tema de Cultura Física y Deporte también es educativo y formativo. Hay que abrir espacios donde converjan más niños y jóvenes para el rescate de la formación deportiva. Aprovechar cualquier peldaño para hacer fortaleza en la promoción, fomento, difusión y atracción del fascinante mundo deportivo y la parte de la recreación y activación.
Muestra de esto y que sirva como punta de lanza para otras entidades federativas, es lo que se está promoviendo en la capital del país, con la llamada Olimpiada Comunitaria, un evento que convoca a practicar, desarrollar y ejecutar actividades a partir de 12 disciplinas, en donde pueden participar quienes así lo deseen desde los 5 años en adelante, con la clara consigna de su objetivo estratégico que es: contribuir a la mejora de la salud preventiva, la participación ciudadana, la identidad y la inclusión a través de un evento que facilita el tejido social y promueva la activación física y la sana competencia deportiva entre los sectores de la población habitante de la Ciudad de México.
Deportes como basquetbol, béisbol, futbol asociación, softbol y voleibol, buscan generar más seducción entre la población y llevarlo por cada rincón, primero, con la intención de incluir a todos, es decir, niños, niñas y jóvenes, que sean los promotores de un comienzo alentador para seguir en el camino de la diferencia. No puedo dejar de mencionar aquellos como el ajedrez, el atletismo en sus diversas aristas, el basquetbol y sus modalidades, boxeo, ciclismo, taekwondo, expresiones físico deportivas y mentales que llevan implícitas los lazos de amistad que se forman a través del deporte. Te pregunto: ¿podremos hacer algo tú y yo por eso???
Pásenla bien!!!