ESPAÑA

Más de setecientos contenedores quemados, la Sagrada Familia cerrada, el clásico del fútbol español aplazado, cruceros que evitan hacer paradas en Cataluña, periodistas trabajando con cascos de protección en su cabeza… y podría seguir enumerando, pero para el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, “se puede visitar Barcelona con normalidad”… Juzguen ustedes mismos porque sé que no entienden lo que está pasando, ni por qué el Gobierno español no hace nada. A nueve mil kilómetros de distancia solo ven la peor imagen de España. Es una pena, pero es la realidad que ha marcado una semana de disturbios en todo Cataluña. Sé, porque me han escrito muchos mensajes, que desde allá aman mi país en el que, por supuesto, está Cataluña. Por eso, no quiero que recuerden esta terrorífica semana por el humo y la violencia que han visto. No daré más publicidad a lo que está sucediendo; prefiero hablar de otros asuntos que borren de su cabeza, por ejemplo, el humo de las hogueras, el lanzamiento de adoquines, etc.
Sin pena ni gloria ha pasado el Premio Planeta que se entregó hace una semana. Javier Cercas con su novela Terra Alta se hizo con el galardón, pero la actualidad eclipsó este triunfo. Desde que se conoció la sentencia a los políticos presos, se comenzó a escribir un nuevo capítulo en la historia de España. Un capítulo innecesario que está sin terminar. Se escribe día a día desde la visión de los independentistas, pero hay muchos catalanes alzando la voz para defender la unidad de España. Pues bien, con este prólogo llegaron los premios Princesa de Asturias. Solo Oviedo pudo eclipsar a Barcelona. La ciudad condal vivió el viernes una huelga ilegal mientras en el norte de España, los Reyes y sus hijas fueron recibidos entre vítores y aplausos. Nadie podía eclipsar a la Princesa de Asturias porque era su debut. Presidió por primera vez la entrega de los premios que llevan su nombre. En su discurso dijo: “Me comprometo a servir a España y a los españoles”. Este es otro capítulo que ya ha quedado escrito en la historia de mi país. Es paradójico pero así es la realidad, en las televisiones se podía ver a la vez las imágenes más tristes por un lado y por otro, las sonrisas y los aplausos a la heredera al trono.
En fin, no sé cómo acabará este capítulo. Me refiero al tema catalán porque todavía faltan personajes por entrar en acción. Muchos hablan pero de momento, el Gobierno no actúa. Los días pasan y se acerca la campaña electoral, oficialmente hablando. Este asunto llega más allá de Cataluña. No hay que olvidar que toda España está llamada a las urnas. Y quizás, la jugada no le salga también a Sánchez. Quedan muchos días hasta el diez de noviembre y pueden pasar muchas cosas. A la gente se la conoce por sus actos y en estos se pueden ganar o perder unas elecciones, o lo que es lo mismo, salir o entrar en La Moncloa, porque ésta busca inquilino y ojalá sea para cuatro años.