Batallas electorales; el camino hacia el 2024

El reacomodo de cuates y cuotas es el mecanismo más eficiente que han encontrado nuestros políticos para ocupar un cargo de representación y algunos para mantener sus privilegios. No les importa nada, lo que tienen en la mente la gran mayoría es la obtención del poder para poder.
Así es como llegaremos a las elecciones del próximo 5 de junio, donde seis Estados renovarán gubernaturas: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, donde todo indica que el mapa electoral se seguirá pintando con Morena.
Lo anterior, es el resultado de partidos políticos desarticulados, incongruentes y desesperados, han perdido la brújula y su razón de ser, y ante los resultados obtenidos con el Frankenstein electoral llamado “Va por México” (PRI-PAN-PRD), parece que no aprendieron nada y están empeñados en continuar con una alianza que no da resultados, pero si mucha lástima, pues más que sumar fuerzas, sumaron debilidades.
Esta alianza ha dejado a un sólo ganador: el Partido Acción Nacional (PAN), al ser la fuerza dominante mientras PRI y PRD, pasan por su peor momento. No obstante, el poder territorial del PAN, también se ha venido acotando y llega a las elecciones de este 5 de junio como la segunda fuerza política del país al gobernar ocho estados. Esto lo convierte en el partido de la alianza “Va por México”, con el control de más entidades, superando al PRI, que tiene cuatro gobernadores, y al PRD, que en 2021 perdió Michoacán, su único Estado.
Las elecciones del próximo domingo no son promisorias para el blanquiazul, cuatro de las ocho entidades que aún conserva renovarán su Gobierno, pero sólo en Aguascalientes tienen posibilidades reales de ganar, esto, en palabras de su dirigente Marko Cortés. La alianza es histórica e inverosímil, porque en 1939, cuando nació el partido, lo hizo para oponerse al tricolor, ironías de la vida.
En lo que respecta al Partido de la Revolución Democrática (PRD), de apoco ha ido cavando su tumba. Pues en 2012, en el mayor acto de incongruencia partidista, se alió con quienes hasta ese año habían sido sus enemigos políticos para la firma del “Pacto por México”, con lo cual le dio la espalda a la posibilidad de un cambio. La debacle ha sido tal, que en 2018 casi pierde su registro.
Como dato curioso, el PRD recién “festejó”, o tal vez lo podemos dejar en que “cumplió” 33 años de vida. En sus inicios fue el partido de izquierda más representativo, pero hoy somos testigos de su desmoronamiento. Su dirigente de partido; Jesús Zambrano, parece más optimista, pues asegura que el partido no está muerto y habrá PRD por mucho tiempo, pero tras esa alianza de 2012, lo único claro es su declive, ya que han salido del partido más de 400 mil militantes.
Actualmente, con la alianza “Va por México”, tiene presencia en Quintana Roo y Guanajuato. En ocho de las alcaldías de la capital mexicana. En la Cámara de Diputados el sol azteca que cada vez brilla menos, cuenta con 15 curules, el menor número en toda su historia, y en el Senado sólo tiene tres senadores.
En el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tal vez es el final de una era, pues todo indica que se encuentra en cifras históricas, pero en negativo. En los dos años que lleva en la alianza y bajo la dirigencia de Alejandro Moreno (mejor conocido como alito), perdió Colima, Campeche, Baja California Sur, Zacatecas, Tlaxcala, Sonora, Sinaloa y San Luis Potosí, una tendencia que viene desde 2018, cuando el PRI dejó la Presidencia de la República.
Para este 5 de junio de acuerdo con algunas encuestas, se espera la derrota del tricolor en Oaxaca e Hidalgo, quedando únicamente con presencia en Estado de México y Coahuila que renuevan Gobernador en 2023, donde tampoco se vislumbran muchas posibilidades de triunfo.
De seguir con esta tendencia y perder las entidades en juego este próximo domingo y las dos restantes el próximo año, el PRI, por primera vez en su historia, no tendría ningún Estado bajo su mando, quedando al nivel del PRD en cuanto a gubernaturas
En lo que respecta a Movimiento Ciudadano (MC), el PAN naranja, y lo digo porque este partido se ha integrado principalmente por expanistas, tampoco se le ve mucho futuro. Para las elecciones de este 5 de junio, competirá de manera individual en las seis gubernaturas y aunque se le ha invitado a ser parte de la alianza “Va por México”, se muestra renuente a la idea, pero ¿Por qué se querría unir a ellos? Dos, de los tres partidos que conforman la alianza están en extinción, aunque impensable era ver unidos al PRI y al PAN, así que no debe sorprendernos que terminen conformando un pequeño combo llamado McPRIAN.
Estas fusiones generan confusión y enojo en los electores ¿Por qué un ciudadano que simpatizó toda su vida con el PRI tiene que votar por el PAN? ¿Por qué un votante del PRD tiene que emitir el sufragio por un partido con el que no se identifica; llámese PRI o PAN? Los intereses particulares jamás alcanzaron a ver que esto que hicieron no daría los resultados esperados y como consecuencia; una migración de votantes a Morena, y no porque simpaticen con el movimiento o candidatos como tal, sino porque rechazan categóricamente “esa cosa” que armaron.
Morena tiene presencia en 16 de las 32 gubernaturas del país y de confirmarse las tendencias electorales, Morena y aliados cerrarán 2022 con 22 gubernaturas. Otro dato interesante es que, por lo menos en seis de esas entidades morenistas, la aprobación a López Obrador supera el 70 por ciento, de acuerdo a la encuesta publicada por el periódico “El Financiero” el pasado miércoles 11 de mayo del 2022.
Estas elecciones son decisivas, y mientras los partidos sigan pensando en combos indeseables donde reciclan y recogen lo peor de lo peor para sumar votos y no propuestas, los resultados no les van a favorecer. Los dirigentes de partido de la alianza han hecho un pésimo trabajo y no entienden que ya es hora de pensar seriamente que van a hacer para recuperar la confianza y credibilidad de los electores ¿Cuándo se sentarán a hacer una autocrítica? ¿Hasta cuándo se seguirán engañando diciendo que “van bien”? Esperemos no al 5 de junio, sino al 6, para ver con que “discursito” salen a dar la cara y en función de los resultados sabremos que esperar para 2024, aunque en el fondo sabemos que es lo que viene ¿o no?