“Tu mayor oponente no es la otra persona, es la naturaleza humana”

“Tu mayor oponente no es la otra persona, es la naturaleza humana”

Robert Montgomery “Bobby” Knight exentrenador de baloncesto NCAA

De pronto el gran Cristiano Ronaldo se enoja en medio de una conferencia de prensa y exhibe su cuadro más enfadoso ante la insulsa pregunta de qué si ¿está cerca su retiro de los campos de futbol? o que, si lo ha pensado, que cuando ocurrirá esto, que ha pensado hacer después de colgar los botines, ¿está feliz, cansado, abrumado, preocupado? Interrogantes que surgen después de una voraz captación de las más abruptas reacciones de todo ser humano y que, en el caso de CR7, solo nos deja un hueco grande pero en el accionar del reportero, y por ende en la comprensión del momento vivido, donde las comparaciones no tienen ni deben tener cabida y el razonamiento supera a la lógica por lo que, debe uno situarse que las determinaciones son sólo de uno, que podrán pasar miles de cosas por la cabeza y corazón de alguien, pero cuando ya está uno decidido lo decisivo se convierte en fuego arrasador y no queda más que respetar que la lumbre siga su curso hasta que un día se extinga.
Y así es en todo momento del pasaje del ser humano. Sabes que existe un periodo determinado para energizar todas tus fuerzas en pos de la victoria, aprender de los errores y no volverlos a cometer, a afrontar con entereza los pasajes más insólitos que se presentan día con día, sin embargo, la fe intacta y el fervor con que realizas cada una de las actividades desarrolladas y desempeñadas, dan -en su mayoría- los resultados deseados, por eso no hay que sucumbir y seguir adelante. Así es el momento de Cristiano y otros tantos deportistas y atletas que se sumergen en la burbuja del tiempo, ese que no perdona y no solo nos alcanza sino nos rebasa y hasta nos da chance de otro rato más, pero comienzan las pruebas del esfuerzo físico, la velocidad va disminuyendo, cuesta trabajo mantener el ritmo acelerado, continua y diario de los entrenamientos, aburren las prácticas, las conferencias -como en el caso en comento- se tornan ríspidas y retadoras, la gente en la calle sueña con una mirada y ni que se diga de una sonrisa, amén de un autógrafo y/o una fotografía, pero los guardaespaldas están al acecho y evitan siquiera el roce, pareciera que están hechos de roca pero son más endebles -a veces- que uno mismo. Pero así es el momento, ese que te determina si te vas o te quedas, si aguantas otro estirón más o si de plano dices: ¡basta! hasta aquí! Y es entonces cuando surgen las leyendas.
El deporte en general, pero sobre todo el de alto rendimiento y de total competitividad tiene fecha de caducidad, le acompaña un acta de edad promedio para cada disciplina, en su mayoría muchos apuestan por llegar a ese límite, en cambio otros más, hacen añicos ese tiempo y deciden apostar por más, pero las preguntas son: ¿hasta dónde? ¿hasta cuándo? ¿cuándo es el momento real para decir adiós? De verdad será acaso esa idea que se tiene de que ¿hasta que el cuerpo aguante? Personalmente apuesto por la retirada del deportista en pleno uso de sus facultades físicas y mentales, porque no hay retorno, vaya, han existido quienes se han arriesgado a retar al padre cronos y regresan tan solo para ser vapuleados, pero seguro estoy que el caso de Ronaldo no será así, ni el de Messi, ni el de tantos otros que han ganado tanto y todo lo posible que lo mejor que puede pasar es alejarse del alto compromiso para dedicarse a sus familias. La inversión ya está hecha, el logro ha sido fundamental para vivir bien, dadivosos y agradecidos del futbol, boxeo, americano, basquetbol, atletismo, etcétera, me queda más claro cada día que el retiro es para los más grandes de pensamiento y corazón que de edad, pero también hay que aceptarlo y saber hacerlo a tiempo y no dar tumbos.
Pero también existe la contraparte, aquellos deportistas y/o atletas que determinan retirarse por diversas condiciones, entre las cuales están las lesiones, la edad -como ya lo comenté- pero la más temible y aguerrida es la fatiga mental, esa que atosiga y estalla en cualquier momento, no respeta raza, credo, creencias y mucho menos deporte o actividad física alguna, llega se instala, absorbe y desencadena una furia desmedida hasta que caer en las garras del desgano, depresión, ansiedad y otras, que originan que ya no estés al cien y que por lo tanto es mejor -dice- decir adiós. En esta época cada vez es más notoria esta condición en los deportistas jóvenes, en esas promesas que de acuerdo a su generación van creando y ampliando una elevada condición de superación empero nadie sabemos lo que pasan, y lo menos que tenemos que hacer tanto con ellos como con los demás es el respeto de las decisiones. El caso más reciente de una jovencita de 22 años que se aleja de la gimnasia rítmica es el de la deportista israelí Linoy Ashram, quien anunció que ya había cumplido su sueño siendo campeona olímpica y ahora será entrenadora, y además argumenta que: “Una deportista debe saber cuándo es el momento de retirarse”, en una conferencia de prensa en Tel Aviv. Total, que la imbatibilidad contra el tiempo, solamente depende de uno mismo, pero los deportistas, atletas y entrenadores, ponen la muestra y hoy, tanto jóvenes como veteranos son susceptibles al retiro, pero este debe hacerse -insisto- en las mejores condiciones.
Pásenla bien!!!