SUENEN CAMPANAS

Sacerdote Daniel Valdez García

Con un frío abrazador que parece partir la cara, se entumen las manos y el níveo volcán de Toluca se esfuerza por vestirse de gala con destellos de luz que juegan con los rayos del sol estimulando la imaginación. 

Hacia los años 70’s el clima del Valle de Toluca era mas gélido, los parabrisas de los autos a la intemperie amanecían con hielo, el pasto y las plantas con escarcha. El acceso a las lagunas de Cempoala era un paisaje invernal espectacular, la escarcha y el hielo pendían de las ramas de los árboles, el juego de luces y sombras favorecían los destellos con los rayos del sol. Es cierto que ha cambiado el clima, desde el 2000 los glaciares de los volcanes ya no existe, el volcán de Toluca llega a tener nieve por poco tiempo y el frío en esta región es más seco y menos húmedo. 

De igual forma, los campanarios de las iglesias han dejado de tocar las clásicas campanas, algunos tienen ahora sistemas electrónicos, otros emplean sistemas de audio y otros más los sacristanes o campaneros han perdido la habilidad de hacer sonar las campanas de acuerdo al tiempo propicio. Con la navidad se echaban “al vuelo a las campanas” y resonaba aquel villancico “Suenen campanas, suenen que ha nacido el niño Dios“. Por supuesto que el clima y el paisaje en otras regiones es diferente, por ejemplo en la Patagonia está la prolongada primavera con las caricias del sol, su abrigador color y las auroras australes, y en el norte aparecen las maravillosas auroras boreales. 

Claro que no se trata de una mera nostalgia, sino de vivir con principios y valores este tiempo de Navidad, que es un clamor a la solidaridad, la compañía, a compartir el don precioso de la vida que muchas veces se expresa a través de dones. Son hermosos los regalos, pero más hermoso es el “don de sí”, cuando eres capaz de darte a los demás de manera incondicional, vive de tal manera que nadie dude que verdaderamente se le tiene cariño, aprecio y amor que no sólo es temporal, estacional u ocasional. Yo reconozco que soy muy mal amigo, casi no me la paso encima de las personas, pero sí se tener detalles, se guardarles en mi oración y hacerme presente en momentos significativos; de verdad soy muy agradecido con todo lo que he recibido. Por favor, ten por seguro que al recibir este mensaje te tengo siempre presente en mi oración y retribuyo tu bondad con mi bendición.

Que suenen las campanas, que se alegre el corazón y que nadie deje de cuidarse ante esta nueva cepa del ómicron, Como dije el año pasado “más vale perderse una reunión, que perder la vida en una sola ocasión”. Necesito que estés bien, y yo también para que muchas Navidades escuchemos sonar las campanas y nos unamos en el amor del niño Dios. 

Gracias por leer mi mensaje, con el cual te invito a la solidaridad y a la responsabilidad, no tengas miedo. El miedo siempre atrae lo que no queremos. Ser prudentes es el imperativo, y ser responsables es el mejor regalo que podemos darnos los unos a los otros en esta Navidad y el próximo Año Nuevo.  Gracias y felicidades!!