La última y nos vamos

Llega diciembre, el último mes del año, propósitos incumplidos, la emoción de culminar el año (no para todos) y expectativas para iniciar otro. No se sabe que esperar, si el 2022 será mejor que este año (esperemos que sí), pero lo que se tiene claro es que desde 2019 que llegó la pandemia a nuestro país, la vida no es ni volverá a ser como la conocíamos. Ello no significa que las cosas estuvieran de maravilla, pero es un hecho que la dinámica para convivir y relacionarnos dio un giro de 180 grados, y hoy, con mucho esfuerzo y voluntad de gran parte de la población intentamos seguir adelante, dejar el miedo atrás y entender que hay un virus que llegó para quedarse y que lo mejor que podemos hacer es adaptarnos a los cambios que esto nos ha traído.
El ambiente social, político y económico a nivel mundial ha sido una montaña rusa. En nuestro país los ánimos en las redes sociales están bastante agitados, pero como no estarlo cuando la violencia y la inseguridad crecen, los feminicidios van a la alza, la crisis de empleo ha encarecido el nivel de vida de miles de familias, la educación con severos daños académicos y emocionales desde preescolar hasta universidad, el fenómeno migratorio ha dejado ver su rostro más cruel, la pobreza en niveles insultantes, el tema de la corrupción y la impunidad no parecen tener cambios, la guerra entre distintos cárteles del narcotráfico desatada, la inflación por las nubes y con la necedad de seguir sin realizar acciones sustanciales para tratar de frenar el problemón en el que andamos metidos con el cambio climático.
Nuestros gobernantes, ingobernables, ellos tienen sus propios datos y su realidad, y mientras la mayoría de la población la pasa bastante mal, ellos están pensando en cómo seguir manteniendo sus privilegios para próximas elecciones. Es un cierre de año complicado, el tema de la vacunación avanza, pero los contagios siguen y, ante la llegada de la variante ómicron, a ciencia cierta no sabemos que esperar, sin embargo, se sabe lo que debemos hacer; ser responsables y aun vacunados seguir las recomendaciones que se nos han dicho una y otra vez para que, en la medida de lo posible, podamos volver a nuestras actividades y reactivar la dinámica social.
Esto, es solo una parte de lo que hemos vivido en este año, parece demasiado para un solo año, pero desde que inició la pandemia nuestros días son intensos y sorpresivos. Pasará mucho tiempo y seguiremos acordándonos de los fallecidos, los enfermos, las secuelas que COVID-19 nos ha dejado; las graves consecuencias económicas; el impacto personal y social en bienestar y salud mental, pero debemos seguir. Este año tal vez habrá más reuniones familiares con amigos y compañeros de trabajo con motivo de la época decembrina, tal vez algunos abrazos que nos lleven por un instante a romper la sana distancia, pero hoy más que nunca los valoramos y sabemos que nos hacen falta.
Esto es una especie de recuento de los temas que busqué compartir con ustedes a lo largo del año, en esta última nota del 2021, no quiero dejar de agradecer a ustedes, las y los lectores, a quienes hacen posible que pueda seguir haciendo esto, ya que en un país donde por diferentes circunstancias no se lee, mantener un espacio así no es fácil, y si sumamos la cuestión de género, resulta más complicado.
Finalmente, los invito a leer, a fomentar o fortalecer el hábito de la lectura, a que lean por gusto y no por obligación, a que encuentren ese texto, esa columna de opinión o esa revista con temas que les apasionan. La lectura es fascinante cuando se disfruta, nos lleva a cuestionar muchas cosas y aprender otras tantas, a comprender que no hay visiones únicas, y que la pluralidad de ideas y de pensamiento es un elemento que debemos defender. Gracias por los minutos que destinan a esta columna, la última de este 2021, pero si todo sale bien y entre sus propósitos se encuentra seguir leyendo, nos encontramos en el 2022, pero por ahora, es la última y nos vamos…