El AMLOfest y los acarreados

Como en los viejos tiempos y para envidia de muchos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo volvió a hacer, a llenar el Zócalo de la Ciudad de México, un lugar que sin duda alguna para el presidente tiene historia, pues le representa momentos de lucha, de resistencia, pero también de júbilo, y que hoy, aun en situación de pandemia logró reunir a cientos de simpatizantes de diferentes entidades de la república que se dieron cita para celebrar sus tres años de gobierno con tremendo “pachangón”.
Lo que se pudo percibir en el Zócalo es un López Obrador muy seguro, con la seguridad que le puede dar un 72 por ciento de aprobación de acuerdo con la encuestadora “Parametria”, 71 por ciento con la encuesta “De las Heras Demotecnia”, y 68 por ciento y 66 por ciento según “Buendia y Laredo” y “El Financiero”, respectivamente.
Ante dicho evento, los críticos del presidente mostraron su rechazo hacia la congregación realizada el 1 de diciembre en el zócalo capitalino, lo cual era de esperarse, pero es muy raro que no salieran con el mismo ahincó a emitir críticas hacia la Fórmula 1, la cual reunió a más de 370 mil aficionados a lo largo de los tres días de actividades que tuvo el Gran Premio de la Ciudad de México, o el Corona Capital, festival de música que según cifras de los organizadores, en su primer día reunió a más de 59 mil personas y, en la segunda jornada, más de 62 mil, y los comentarios para nada son equiparables.
Y si se preguntan ¿Dónde estaba la oposición? Pues tanto prometía el AMLOfest, que no se quedaron con las ganas de asistir, es más, se veían bastante contentos y sino, pregúntenle a los gobernadores del Partido Acción Nacional (PAN), María Eugenia Campos (Chihuahua) y Mauricio Vila (Yucatán), a quienes hace muy poco Marko Cortés, dirigente del Partido, los nombró como posibles presidenciables. De igual manera llamó la atención la asistencia del Gobernador priista más 4T que existe, o bueno, abiertamente, Alejandro Murat, de Oaxaca, quien no ha perdido oportunidad para desvivirse en halagos hacia el presidente.
En este sentido, habría que cuestionarse si ellos son parte de los “acarreados” que tanto se han mencionado. Resulta ofensivo hacer este tipo de declaraciones ya que la aceptación con la que llega el presidente (ojo, una cosa es la aceptación, y otra muy distinta son los resultados) es impresionante, y nos guste o no, es lo que explica que mucha gente decidiera acudir por sus propios medios a refrendar su respaldo al mandatario.
Que si llegaron en autobuses de otros Estados, pues sí ¿sino cómo pretenden que llegarían a la Ciudad de México? en caballos o que esperaban, y si a eso se refieren con los “acarreados”, habría que voltear al pasado y recordar actos donde se llegó a comprobar que este tipo de traslados eran condicionados o pagados con gobiernos del PAN y del PRI, y ahí, no se decía mucho al respecto ¿Por qué la oposición no hacia estos mismos cuestionamientos a los gobiernos anteriores? ¿Por qué ante lo que parece un mismo hecho acontecido con Fox, Calderón, o Peña ¿no se alzó la voz como se hace ahora?
El mensaje de AMLO fue profundamente político, dirigido a su base y olvidando al resto, recordando que si bien, primero los pobres ¿Dónde queda el resto? Hasta cuándo seguirá con el menosprecio hacia las clases medias con la que dicho sea de paso, ha tenido mucha confrontación y con la que no parece buscar una reconciliación, mismo caso de algunos medios de comunicación con los cuales la discusión ha sido permanente y que en realidad, no tienen sentido, los medios de comunicación libres e independientes que son los menos, están para eso, para criticar al poder con base en argumentos e investigaciones periodísticas que no buscan precisamente agradar al presidente.
El Obradorismo no se entiende sin la movilización popular, ese es AMLO, el que recorre cada rincón de la república y llena plazas, capaz de generar odio y amor a la vez, pero que pese a todo se sigue dando el lujo, porque en realidad lo es, de realizar su AMLOfest con muchos, pero muchos “acarreados”.