Cabecita dura

Que solo serán 30 mil muertos, que el peor escenario es que fueran 60 mil, que nos demos abrazos hasta que el presidente diga, que no hay que tener pánico, que aceptamos un crucero del caribe con infectados, que no hay restricciones, que no hay datos, que el semáforo era por número de contagios; que no, que era por los muertos; que no, que era por los hospitalizados, pero llegaron a contar camas de COVID sin insumos para COVID sólo para “aumentar” el número de pacientes tratados; que los muertos no son los que decía Loret de Mola de 500 mil, que el INEGI ya por fin dijo que hay más de 600 mil muertos extras, que todo al final se resume en una frase: López Obrador no cree en la ciencia.
Los datos siempre han sido duros, las estadísticas por más maquilladas resultaron ser una bofetada para las indicaciones emitidas desde palacio de gobierno, porque en realidad nunca hubo una política pública la respecto, que la idea que se tenía rebasó a las acciones emprendidas por la autoridad, que se enmarca con la frase emitida por el presidente “la pandemia nos vino como anillo al dedo” y aquella mencionada por su subordinado “el presidente no tiene peligro de contagio, él es fuerza moral”.
Después de más de un año resulta claro que quien discute con López Obrador, aunque tenga la razón empata y que es más fácil ganarle a una pared a golpes que hacerlo entender. Hoy vuelve a mencionar que no tengamos miedo al puro estilo de “la pandemia esta domada”, tratando de no generar pánico pero sobre todo, de minimizar un hecho ineludible: la cuarta ola será muy devastadora.
Nuevamente la autoridad no hace absolutamente nada para la contención de la nueva ola y la nueva sepa del virus, no hay restricciones, no hay toma de temperatura, no hay medida alguna que mitigue lo inevitable.
La información resulta ser contundente y aplastante pero la ciencia es para López un asunto absurdo, tan es así que baja el dinero en la inversión a las becas CONACyT, deprecia a la UNAM por se de “derecha” y ahora quiere al CIDE dominado. López Obrador no cree en los estudios y no cree en los análisis, solo en su miope intuición y no quiere críticas.
El día de hoy, nuevamente la ciudadanía saldrá adelante por las propias recomendaciones que se observen de las autoridades de otros países que si bien llaman a la cordura y a la precaución, no minimizan el avance pandémico y toman medida en consecuencia, con base en los datos de expertos, con idea, con un sentido de protección y organización.
Debemos cuidarnos porque se vienen momentos aparentemente no letales, pero complicados para quien obtenga del virus los síntomas más extremos y no pueda recibir atención pública de salud.
Cuidémonos y llevemos las medidas extremas con la máxima responsabilidad posible, con cuidados y con seriedad, pero sobre todo con precaución y disciplina.