Tiempo de definiciones ¿hacia dónde va el PRI?

El PRI no se crea ni se destruye, solo se transforma. Frase que puede describir al que por años fue considerado el partido hegemónico y que actualmente, antes que revolucionario e institucional, es pragmático, pero no de ahora y tampoco es exclusivo de este partido, solo que hoy es más evidente o hasta descarado.
El pasado martes 5 de octubre, el presidente de la república lanzó una declaración que definió la agenda de la semana y es un tema del cual se seguirá hablando, pues en el marco de la iniciativa de reforma en materia eléctrica presentada por López Obrador, aseveró que el PRI tiene una oportunidad para definirse y apoyar la reforma. El partido se encuentra en un momento difícil y no solo por esta decisión, ya que es un hecho que desde antes algunos priistas no están conformes con la conducción del partido y mucho menos con esta alianza ”bizarra” entre el PAN, el PRI y los residuos del PRD.
Desde 2018 el partido no ha podido reagruparse, pero borrar la marca de un gobierno como el de Peña Nieto, caracterizado por una creciente y desbordada corrupción (como la del caso Emilio Lozoya), no es fácil, y con un dirigente como Alejandro Moreno (Alito o próximamente Amlito) que se siente dueño del partido, mismo caso de Marko Cortés con el PAN y Mario Delgado con Morena, parece complicado tomar las mejores decisiones para su militancia, simpatizantes, y en general para los partidos que representan y a los que deben rendir cuentas.
Era predecible que ese Frankenstein electoral que crearon las pasadas elecciones no duraría mucho, pero tampoco nos imaginamos que “el gusto” les duraría tan poco, de romperse esta alianza, el camino electoral de Morena hacia 2024 parecería despejado con el apoyo del partido del Trabajo, la cosa Verde y ¿por qué no? con aquellos priistas que decidan redimirse votando en favor de la reforma.
El PRI tiene en sus manos la aprobación o el rechazo de esta iniciativa sin embargo, no nos podemos engañar y aunque el dirigente de este partido (dirigente, porque para ser un líder le falta mucho) ha mencionado que al PRI nadie lo presiona, no se puede estar tan seguro cuando en el senado se tiene a personajes como Rubén Moreira, ya que no es nuevo que los hermanos Moreira tienen un pasado muy “peculiar” en términos de los gobiernos estatales que encabezaron en Coahuila, y precisamente con esto, el presidente López Obrador tendría manera de “negociar”, porque más allá del convencimiento histórico, referencias políticas y el texto de la iniciativa, los priistas tendrán que reflexionar sobre su presente y realizar otro tipo de lecturas.
El PRI tiene la oportunidad de demostrar que sus principios, ajá, sus principios son más fuertes que sus intereses inmediatos o bien, que no es así, y con tal de intentar rescatar lo que sea rescatable, se aliarán al Obradorismo y repetir la frase del actor estadounidense Groucho, “Estos son mis principios, si no les gustan, tengo otros”.
Es importante destacar la capacidad que tuvo el presidente para confrontar al PRI con su historia y generar las condiciones que han mostrado la fragilidad de la alianza que no hace mucho declaraban como todo un éxito. En el caso del PAN, es más que evidente que votarán en contra de la reforma presidencial, en el caso de Morena y sus aliados, el partido verde y el partido del trabajo, sin duda van a votar a favor de la iniciativa presidencial, pero en el caso del PRI, tienen un papel definitorio que puede permitir la mayoría absoluta que necesita Morena.
Veremos si “Alito” tiene la capacidad para lograr que un sector de su partido apoye la reforma eléctrica del presidente o bien, mantener la cohesión de su alianza con el PAN para seguirle haciendo frente desde el punto de vista político y electoral al proyecto de AMLO. En política 24 horas es mucho tiempo, así que no quedará más que dar un seguimiento puntual a la evolución del tema y ver si se consolida el tan sonado PRIMOR.