DISFRUTAR

Continuamos disfrutando del verano como se merece y eso que ya hemos superado el ecuador del mes de agosto. Para muchos, la cuenta atrás de las vacaciones ya ha comenzado. Durante el tiempo estival nuestra rutina cambia y eso es bueno para la mente. Desconectar siempre es necesario ya sea en la playa o en la montaña. El destino es lo de menos cuando de lo que se trata es de disfrutar. Un verbo que hay que conjugar durante todo el año porque la vida se trata de eso. Es cierto que estar ocioso ayuda mucho, pero valorar el presente siempre es importante.
Un presente, que en mi caso, pasa por escuchar las olas del mar y frente a él valoro la complejidad de la situación que vivimos y lo afortunada que soy por poder disfrutar de los míos a quienes tanto he echado de menos en el duro invierno. En unos días tocará cambiar la rutina y no será fácil, pero siempre la ilusión de regresar será la mejor aliada. De momento, y centrándonos en el aquí y ahora, estoy orgullosa de mi tierra porque es un honor que en Burgos haya arrancado este año la Vuelta a España. Su riqueza cultura acompañó a los ciclistas a lo largo de toda la contrarreloj que dejó grandes fotografías para el recuerdo. Este año pasar unos días por las tierras de “El Cid” es una obligación. De hecho, planificar una escapada allí es una idea para afrontar, por ejemplo, el mes de septiembre. Dice el refrán que el que no se consuela es porque no quiere…
Y consuelos, precisamente, es lo que no quiero este año en la Liga y en la Champions. La competición ha comenzado y aunque nunca dejo de creer, me encantaría que los rojiblancos sigan la estela de la temporada pasada. Eso sí, agradecería que bajarán un pelín el nivel de la emoción y no llegar infartando al final. Las copas buscan a sus ganadores y la afición, por fin, podrá volver a entrar en los estadios aunque con limitaciones. Vamos recuperando la normalidad que perdimos. Todavía nos queda camino por recorrer pero estamos más cerca de conseguirla. No nos desesperemos ya que estamos en la recta final. Está siendo todo muy duro, pero la satisfacción de ir recuperando rutinas perdidas bien se merecen una celebración.
Por eso, ahora más que nunca, tenemos que ser optimistas sin bajar la guardia. Respetando las medidas de seguridad y con la vacunación muy avanzada estamos consiguiendo rebajar la curva de esta quinta ola. De nosotros depende que no vengan más. Este virus ha truncado la vida de muchas personas y no podemos permitir que esa cifra siga aumentando. La vida está para vivirla sin ponerle ningún pero, aunque ahora es el momento de cuidarnos los unos a los otros porque la unión hace la fuerza y juntos saldremos de ésta.
Mientras tanto y, como suelo decir, sigamos viviendo, sigamos aprovechando los momentos… con precaución. Esto me recuerda a la canción del mítico grupo Mocedades: Que no se acabe el mundo porque es cierto que “aún quedamos gente para darle vida”. Si hemos resistido, ya sabemos lo que nos toca.