DISTANCIA

Dicen que las decisiones nunca hay que tomarlas en caliente, es más, es bueno tomar distancia para valorar todo lo que nos rodea. La vida está llena de momentos así y ahora, en pleno verano, ubicar la sombrilla y la toalla en la playa es algo trascendental cuando no se sabe distinguir entre metro y medio y apenas un centímetro. A ojo no es fácil calcular pero las distancias cortas se aprecian cuando escuchas conversaciones ajenas. No es una broma, es una realidad en muchos puntos de nuestro litoral. Obviamente, todos no podemos estar en primera línea de playa. Antes sí, pero ahora en plena pandemia hay que respetar unos mínimos.
Unos mínimos que van implícitos desde el momento en el que nos permitieron quitarnos la mascarilla. El virus sigue con nosotros y a medida que van pasando los días, la cifra de contagiados, por desgracia, va en aumento. Las consecuencias de lo que pueda venir las vamos a pagar todos. Por supuesto, vendrán las prohibiciones de las que tanto nos hemos quejado. Hay que disfrutar pero con una responsabilidad, la cual, por desgracia, muchos han perdido tras la vacuna. Es triste escuchar a quienes hablan de una quinta ola aunque tal y como vamos, ya nada me sorprende. El verano está recién estrenado y todavía estamos a tiempo de revertir la situación hacia la que vamos. Ojalá todo cambie.
Y si hablamos de cambios, no puedo obviar a la Selección Española de fútbol. Los de Luis Enrique no hicieron un buen debut en la Eurocopa, pero “partido a partido” han ido venciendo todas las adversidades. Y hablo de “partido a partido” porque como buena colchonera que soy estoy acostumbrada a sufrir. Algo que fue inevitable en los cuartos de final. Los penaltis son una lotería, pero la euforia es el mejor efecto secundario tras superar esos disparos a puerta. Es cierto que la tanda no empezó bien, pero lo de Unai Simón fue inmejorable. Ahí está el poder de la mente de un guardameta que venció a su mayor error en el partido de octavos. Todos nos equivocamos y sobreponernos es vital para seguir adelante. La mente puede ser nuestra gran aliada o nuestra peor enemiga y si hay que elegir es mejor tenerla de nuestra parte. España ya está en semifinales y esta noche se medirá ante una Italia que sufrió para superar a Bélgica en los cuartos. Italia nos trae a los aficionados al fútbol muchos recuerdos. Tenemos muchas cuentas que ajustar y apearlos de la Eurocopa es una ellas. Los de Mancini pueden llevar el cartel de favoritos, pero eso poco les importa a los de Luis Enrique. A noventa minutos de la final, si hay que sufrir se sufre siempre que los nuestros lo estén dando todo en el terreno de juego. La copa está todavía a nuestro alcance. Wembley es un buen escenario para decir Ciao a unos y Benvenuti al próximo rival.
El futuro es incierto y en el fútbol todo es posible. Al principio hablaba de “tomar distancia” en las decisiones, pero también es muy importante tomarla a la hora de opinar. Las palabras se las lleva el viento, pero una vez que se han pronunciado sus efectos y consecuencias son incalculables. Esto ocurre en el fútbol y, por supuesto, en la vida. No lo olvidemos nunca…