Ojo, hay que criticar con razón

A pesar de todo lo que se observa en torno al gobierno federal, donde lamentablemente todo parece malo, es importante observar todo el panorama antes de caer en lo que realizan los llamados “chairos”; que son personas que a pesar de que es evidente la mala ejecución de las acciones por parte del Gobierno sobre todo federal, siguen apoyando y lanzan argumentos sofistas para que a pesar de lo absurdo, el gobierno se siga presentándose como bueno.
Pues bien en la semana pasada observamos que en el día de las madres Andrés Manuel López Obrador tuvo a bien contratar un espectáculo en lugar de la mañanera tradicional y esto conllevó a numerosos comentarios en contra de este detalle que se tuvo para por las todas las madres sin embargo, no debe reprocharse todo, porque no todo está mal. Es cierto que cualquier gasto es criticable pero si éste se originó sin más ahínco que una buena voluntad, entonces no puede ser denostable. Es decir, es correcto pensar que a toda acción de Gobierno debe fomentar una crítica ya que todos buscamos la forma en cómo pueden ser mejores tales acciones, pero no podemos convertirnos en “chairos”, y criticar sin pensar.
Lo verdaderamente reprochable es que regularmente en estos días especiales los gobiernos de otros países (así como los anteriores) otorgan tiempo valioso para la solución de conflictos afines. En ese sentido las madres de hijos desaparecidos habían solicitado el ingreso a Palacio de Gobierno para platicar con Andrés Manuel sin embargo, él no les regaló ni un minuto de su tiempo y dejó que las instancias en este caso derechos humanos, resolvieran el conflicto como cualquier otro día normal.
Andrés Manuel a hecho notoria su falta de empatía para con las víctimas de algunos incidentes nacionales. Particularmente las víctimas de los accidentes del metro, no han tenido la fortuna de ser atendidos directamente por el que se dice ser parte del pueblo.
Pues bien aquí el punto es que dejemos de señalar cualquier acción solo por criticar. Pensemos antes de lanzar puntos de vista contrarios, para así dejar que las acciones verdaderamente malas prevalezcan con contundencia, además estas últimas siempre venderán maridadas con consecuencias desfavorables para un derecho individual o colectivo.