Mega proyecto o mega capricho

Pensar en el seguimiento puntual de todas las noticias relevantes o que deberían ser de interés ciudadano respecto a la agenda nacional e internacional parece impensable, la información fluye en grandes cantidades y en víspera de elecciones, resulta casi imposible detenerse en otros temas como el medioambiental, cuya importancia no es cosa menor.
Como sociedad, ha sido evidente la falta de interés, participación e involucramiento en la materia. Esto, se relaciona en gran medida con el desconocimiento de sus implicaciones y la nula educación ambiental desde edades tempranas con el objetivo de generar mayor consciencia para valorar el espacio donde habitamos, cuidarlo y pensar en mejores formas de interacción entre la sociedad y la naturaleza.
El gobierno de la 4T ha mostrado gran interés en lo que se han denominado como megaproyectos, refiriéndose a la construcción del Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, bajo el argumento de activar la economía del país. De manera particular quiero referirme al Tren Maya, definido como uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos de América Latina, que conectará los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, lo cual, “se escucha maravillosamente bien”, el problema reside en el impacto cultural, ambiental, económico y social que la obra significa.
Este tema ha contado con un sinfín de críticas derivado de una falta de información sobre los estudios realizados para pensar en la viabilidad del mismo. Desde la parte legal, no ha cumplido con los requisitos que marca la ley, ya que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) se ha emitido de manera segmentada, es decir, se dio paso a esta obra sin contar con un documento completo.
De acuerdo con algunos investigadores, el proyecto está “mal definido”, implicará el desplazamiento de un gran número de personas y generará destrucción ambiental irreversible y pérdida de la calidad del aire, no obstante, esto ha sido negado rotundamente para tratar de minimizar los daños ocasionados.
De acuerdo con una nota publicada en el portal de “Aristegui Noticias” el pasado 26 de noviembre, algunos pobladores viven en total incertidumbre ya que están presentando afectaciones directas en sus hogares. Las tuberías de agua que abastecen su casa, quedaron colapsadas cuando una máquina excavadora las rompió, y los montones de tierra dificultan la salida de su vivienda y lo peor, siguen esperando el dinero que se les prometió para construir su casa en otro lugar.
Los campesinos y propietarios de ganado, también muestran gran preocupación, ya que, al levantar cercas o muros a lo largo de la ruta del tren, quedarán cortados los caminos de tránsito de los animales que les dan sustento. En cuanto al pago de tierras, los habitantes refieren que el valor asignado es de 12 pesos el metro cuadrado, “pero, por ser una situación especial, se les pagará a 32 pesos el metro cuadrado”, esto, de acuerdo a la explicación brindada por parte de los funcionarios del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
La construcción del Tren Maya tiene mucho que cuestionarse, en plena edificación ya está trayendo más costos que beneficios para los pobladores de las zonas que aparentemente se busca apoyar, y el clima político- electoral que hoy se vive, no permite prestarle la atención que merece.
Nuestra mejor vacuna para el futuro es proteger la naturaleza para preservar la vida. Es necesario comenzar por el cambio en nuestros hábitos de producción y consumo. Se debe comprender que la salud de las personas y la salud del planeta no son cosas distintas, si todos habitamos en este mundo, debemos ser más responsables y sensibles por nosotros y las futuras generaciones.
El presidente esta aferrado a este proyecto que fue parte de una promesa de campaña, y al puro estilo de Carlos Salinas, aplica la frase: “Ni los veo ni los oigo”. La construcción del Tren Maya no dará marcha atrás, y solo el tiempo nos dirá si esta obra realmente traerá los resultados prometidos o más que un mega proyecto, será recordado como un mega capricho.