A mis amigos priistas…

Durante muchos años hemos observado que la clase política en el Estado de México ronda en un círculo cercano al PRI y a los nombres rimbombantes que siempre se han colocado como los “midas” de la burocracia, con grandes puestos, ideas y en general grandes resultados.
Recordemos a Adolfo López Mateos, mexiquense que hizo historia con grandes proyectos educativos y culturales, que con seguridad paseaba como gobernador, en los portales y la gente lo saludaba y lo quería; tenemos también en la historia a Carlos Hank, que el gremio de maestros le tuvo gran cariño por la cantidad de apoyos que otorgó al sindicato y que mucho trabajó por la educación del Estado.
Esos tiempos quedaron muy atrás. Hace unos años, en la última elección de gobernador, a nuestro actual ejecutivo estatal le favoreció la preferencia del voto por la estela que dejaba Peña Nieto, de ser un gran gobernador y estadista. Claro esta figura se desgastó en la presidencia y con él, algunos nombres con apellidos relacionados al antiguo PRI.
Lo malo es que el PRI se ha olvidado de la gente joven que ha hecho trabajos desde casa por casa en una campaña, se ha olvidado de los secretarios particulares que son los que muchas veces conocen y aprenden más de la política y de la administración. En lugar de esto, promueve las mismas personas que han rotado cargos, que han dado vueltas en el PRI como si a la gente le gustara el viejo PRI de los mismos.
El PRI se ha olvidado de construir perfiles, de generar candidatos, de procurar a su base y a quienes han intentado hacerlo los congelan o los rechazan, logrando así, que la gente observe su ansia de no dejar de controlar, de contener el poder, de saberse el que todo lo puede.
Compañeros priistas, esas épocas se han acabado, el poder lo detenta quien supo comunicarse con la gente, quien supo venderse como pueblo, no quien vende lo que obsoleto, no quien vende prestigio.
Las elecciones pasadas prácticamente se perdió el PRI, no en un tercer lugar, sino en el primer lugar de los partidos que no representan a la gente, se presentó en la preferencia de los votantes como un partido perfilado a morir.
Yo comulgo con muchas cosas que en el origen tiene el PRI, pero a diferencia de lo que pretende López Obrador, en el PRI se les permite a las personas opinar y pensar, se les permite lealtad pensante no lealtad ciega.
Que quede esto como una reflexión de lo que viene en puerta: las elecciones locales. De apoco se vuelven a mover los candidatos y me entristece que sean los mismos de siempre, sin mencionar nombres ya sabemos a quiénes nos referimos. La gente quiere alguien que de a poco, suba a esas esferas de poder por su virtud, como Emilio Chuayffet, quien todos conocemos por ser un cerebrito, como el mismo Hank que era el hijastro de un zapatero remendón, la gente quiere estos personajes, nuevos personajes, no al hijo, sobrino y nieto del pasado gobernador o presidente municipal.
¿A caso no hay perfiles? ¿No hay gente nueva? ¿Será porque no se han dado a la tarea de perfilarlos, de crearlos?