CON OPTIMISMO Y ESPERANZA

“Ya no me voy, me quedo” es lo que canta Aitana en uno de sus temas, y eso es, precisamente, lo que anunció Messi después de la “bomba” que soltó hace unos días. Muchos veían al argentino con un pie fuera y comenzaron a vivir su peor pesadilla, en cambio, otros asumieron la decisión como un órdago a la directiva del club. Los ocho goles que recibieron en la Champions pasaron factura y la llegada del nuevo entrenador puso punto final a una etapa con más sombras que luces. Ahora con Messi a las órdenes de Koeman veremos qué pasa. Esto no ha hecho más que empezar…
También acaba de empezar la llegada de los niños a los colegios. Desde luego un asunto con más importancia que la no salida de Messi. Las decisiones vinculadas al coronavirus son de una trascendencia vital. Con la salud no se juega y no se pueden repetir los errores del pasado. Es lógico que la incertidumbre reine en el ambiente, pero a estas alturas ya deberíamos estar más que acostumbrados a vivir con ella. No es fácil, y más para quienes les gusta tener todo planificado, pero la vida no entiende de guiones y ahora más que nunca, éstos se escriben día a día. Obviamente, será día a día cuando veamos si los protocolos escolares son viables o no. La teoría es muy fácil de escribir, pero la práctica son palabras mayores. Superaremos este reto al igual que hemos superado todos los cambios que el coronavirus ha provocado en nuestras vidas.
Asumir que nada es como antes cuesta mucho porque cada vez se echan más de menos los abrazos, los besos y las muestras de cariño. Las mascarillas esconden muchas sonrisas cargadas de alegría. Ésa que la Covid-19 intenta borrar de nuestras vidas. Seguimos restando días a la llegada de la vacuna. Ya se barajan fechas para incentivar el optimismo y aunque seguro no hay nada, la esperanza es lo último que se pierde. Afortunadamente la ciencia ha avanzado y los investigadores están trabajando arduamente para dar con ese pinchazo que nos inmunice ante un virus cargado de demasiadas incógnitas.
Desconocemos muchos aspectos. Hasta las cifras que salen día a día son cuestionadas. Los datos oficiales no son creíbles. En España ya hemos superado el medio millón de infectados y el objetivo es frenar los contagios. Insisto en la necesidad de cumplir con las normas para que, cuanto antes, podamos volver a celebrar todas las fiestas aplazadas. No será por falta de ganas. México vive en septiembre su mes más patrio, a pesar de las circunstancias y con las medidas oportunas puedo permitirme brindar con un buen tequila por todos ustedes y por El Valle que cumple treinta años. El 2020 es especial, pero el coronavirus no lo puede eclipsar todo. En “petit comité” todo es posible, y al año que viene, quizás, podamos gritar a voz en grito que lo hemos superado. Queda mucho tiempo, pero es el tiempo el que da respuestas. Hasta entonces no nos olvidemos de vivir.