Avances y retrocesos de la reforma educativa

Por: Elva María Maya Márquez

El tema educativo se ha convertido en nuestro dolor de cabeza, la falta de acuerdos y consenso entre las autoridades de gobierno y los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), parece no avanzar. Declaraciones un tanto desafortunadas donde el Coordinador de la Bancada de Morena, Mario Delgado, argumentó que no quedaría ni una coma de la anterior reforma educativa, limitan pensar en un cambio real en favor de aquellos que se supone tendrían que ocupar el centro de la discusión pero que irónicamente, es de los que menos se habla; los alumnos.
Si bien es cierto que la Reforma implementada en 2013, durante el periodo del Presidente Enrique Peña Nieto, contenía aspectos que generaron controversia y podían ser cuestionados por asemejarse más a una reforma laboral, con enorme carga administrativa, uno de los puntos que en todo momento causo revuelo corresponde al tema de la evaluación, la cual fue vista desde un punto de vista “punitivo” que al final, no obedeció a esa naturaleza, ya que los profesores que no obtuvieran resultados favorables en sus evaluaciones, serian “removidos” a un cargo administrativo o bien, se les daba la “opción” de pensar en su jubilación de manera anticipada, así que “punitiva” como se vendió, tampoco lo fue.
Cuestiones tan importantes no deben ser atendidas como meras promesas de campaña, necesitamos gobernantes serios y comprometidos con la causa, que logren dimensionar la importancia del tema educativo desde un interés genuino porque las cosas cambien. Las niñas y niños del país, sin distingo alguno, necesitan que se les garanticen las condiciones para asistir a la escuela, no basta con decir que la educación es un derecho y no un privilegio, dado que la distancia entre lo que se dice y la realidad es evidente.
El país requiere de proyectos que vayan más allá del gobierno en turno, la apuesta tiene que ser ambiciosa e independientemente del partido político que gobierne, las “soluciones” deben trascender, más aun en materia educativa. Comenzar desde cero en cada cambio de gobierno o administración es una idea y una práctica que debe desaparecer, ya que los costos de una visión de este tipo, obstaculizan la materialización de resultados.
Las y los mexicanos siguen percibiendo en la educación aquella proeza que permita pensar en la movilidad social, por ello la importancia de darle la formalidad que se requiere al asunto. La solución a diversas problemáticas sociales no se encuentra única y exclusivamente en el tema educativo, pero en mucho puede contribuir a contar con mejores seres humanos; respetuosos, tolerantes, informados, críticos, reflexivos y comprometidos con su sociedad, toda vez que se conjunten elementos clave como la cobertura, la calidad, la equidad y la inclusión, no solo en la ley, sino también en la práctica.
El día de hoy, transitamos entre una iniciativa de reforma que no sabemos si será “a modo” o no, donde particularmente llama la atención la obligatoriedad desde el nivel inicial hasta el superior, pero este último aunque es deseable, implica un gasto que no estoy segura que nuestras finanzas públicas puedan aguantar. Comencemos por el nivel básico, hagamos de la educación una realidad, dejando atrás esa dolorosa realidad en la que la educación masa pobre, es para las zonas más pobres.
Entre negociaciones y mesas de discusión se continuará hablando del tema en los próximos días y tal vez semanas, pero seamos optimistas y esperemos que las palabras sabias de nuestro actual Secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, se hagan realidad y efectivamente, lo mejor de la Educación Pública este por venir……