PRINCIPIOS

“Llamar a la mujer el sexo débil es una calumnia, es la injusticia del hombre hacia la mujer. Si por fuerza se entiende la fuerza bruta, entonces, en verdad, la mujer es menos brutal que el hombre. Si por fuerza se entiende el poder moral, entonces la mujer es inmensamente superior.” Con esta reflexión de Mathama Gandhi en la cabeza comencé el Día Internacional de la Mujer, sin duda, es el día más reivindicativo de todo el año. Si bien, no tenemos que olvidar que los trescientos sesenta y cinco días restantes las mujeres siguen peleando por la igualdad. Es cierto que desde 1977, año en el que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamara el 8 de marzo como el Día Internacional por los derechos de la Mujer, la situación ha ido evolucionando a mejor, pero todavía hay mucho camino por recorrer. Un camino que no será fácil, pero la defensa por lo que nos corresponde bien se merece ese tesón del que las mujeres podemos presumir. El tiempo pone a cada uno en su sitio y esperemos que más pronto que tarde las reivindicaciones sean cosa del pasado. Ya reflexionaba John F. Kennedy: “Yo no digo que todos sean iguales en su habilidad, carácter o motivaciones, pero sí afirmo que debieran ser iguales en su oportunidad para desarrollar el propio carácter, su motivación y sus habilidades”. Más claro, agua. Por eso, este ocho de marzo afirmo: “Desde niña aprendí a creer en mí. Ahora, soy una mujer que lucha por sus sueños afrontando todas las dificultades, siempre siendo fiel a mis principios. Nadie tiene derecho a subestimarme.” Unas palabras que recoge el periódico El Correo de Burgos.
Mis principios son lo que son y no los cambiaré como dice la frase de Groucho Marx. Desde niña me inculcaron muchos valores entre los que está la familia. Por eso, como cada temporada, acudí al Wanda Metropolitano a ver al equipo de mi corazón del brazo de mi padre. El Atleti me ha dado muchos momentos inolvidables. Tengo que reconocer que unos son mejores que otros, pero todos forman parte de experiencias vividas. De hecho, después de ver cómo jugó contra el Sevilla, después de pitar al árbitro como si no hubiera un mañana y ver cómo el VAR adquiría todo el protagonismo, anhelo ver a los rojiblancos frente al Liverpool en Anfield. Sólo puede quedar uno y aunque los de Simeone llevan cierta ventaja, nadie se puede confiar ante el equipo que lleva el cartel de favorito. La Champions siempre sorprende y el Atlético de Madrid es un equipo impredecible. Once serán los elegidos por Simeone, pero convocada está toda la familia rojiblanca. Por eso, y ahora sí, con el corazón en un puño afrontaré como una hincha más una eliminatoria con sabor a final. Estar en el próximo sorteo es el objetivo y para ello, habrá que sufrir, habrá que gritar, habrá que cerrar los ojos, habrá que animar, habrá que cantar y habrá que creer en los nuestros. Lo decía Séneca: “Vencer sin peligro es ganar sin gloria”… Ahí lo dejo.