Rusia ataca bases militares en Ucrania

Ucrania.- Rusia lanzó este jueves varios ataques sobre infraestructura militar y edificios residenciales en Ucrania, cuyas fuerzas tratan de recuperar territorios ocupados por Moscú en una contraofensiva en el sur.
Al menos cinco personas murieron y 25 resultaron heridas tras un bombardeo ruso en Kropivnitskyi, unos 300 km al sur de Kiev, en el centro de Ucrania, indicó el gobernador regional Andriy Raikovitch en Telegram.
Citado por la agencia Interfax-Ucrania, Raikovitch precisó que había 12 soldados entre los heridos y que los bombardeos destruyeron “equipos aeronáuticos”, un avión civil An-26 y aeronaves de entrenamiento, así como edificios colindantes.
Horas antes, Ucrania informó que Rusia había destruido parcialmente una base militar en Liutij, unos 30 km al norte de la capital ucraniana. Los misiles, uno de los cuales fue derribado por las fuerzas aéreas ucranianas, fueron lanzados desde la península de Crimea, que Rusia se anexó en 2014, precisó Oleksiy Gromov, un alto funcionario militar ucraniano.
Además, Rusia también bombardeó la región de Chernígov, en el noreste de Ucrania, con lanzacohetes múltiples. Según Gromov, el ataque se lanzó desde la vecina Bielorrusia, un aliado de Rusia.
Ucrania “no se rendirá y no bajará los brazos”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en Telegram.
En la región ocupada de Jersón, en el sur del país, las tropas ucranianas llevan a cabo una contraofensiva para recuperar el territorio perdido tras cinco meses de un conflicto que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados según la ONU.
Al menos una persona murió y dos resultaron heridas en un ataque en la región de Dnipró, en el centro del país, según el gobernador Valentin Reznichenko. En el noreste, dos ataques con misiles S-300 alcanzaron la segunda ciudad ucraniana, Járkov, en la madrugada.
La ciudad, a pocos kilómetros de la frontera rusa, sufre intensos bombardeos, aunque los rusos nunca lograron ocuparla. Después de fracasar en la toma de la capital a finales de marzo, las fuerzas rusas centraron su ofensiva en el sur y en el este de Ucrania, aunque siguen bombardeando otras partes del territorio.
En la provincia de Donetsk, que junto a la de Lugansk conforma la región del Donbás, las tropas de Moscú continúan su avance cerca de Síversk y Bajmut. Y en Toretsk, un bombardeo ruso dejó dos muertos y tres personas pudieron ser rescatadas de entre los escombros, dijeron los servicios de emergencia locales.
La región, que Rusia busca conquistar por completo, está controlada en parte por separatistas prorrusos desde 2014.
Más al sur, en Mikolaiv, próxima al mar Negro, otro bombardeo “masivo” destruyó una escuela e hirió al menos a una persona, según el gobernador regional Vitaliy Kim. La urbe está a menos de 100 kilómetros de Jersón, una ciudad cuya región homónima cayó en manos rusas poco después de la invasión el 24 de febrero. La zona es fundamental a nivel estratégico, ya que limita con la península de Crimea.
El domingo, las autoridades ucranianas aseguraron que la liberarían “definitivamente” en septiembre. En las últimas semanas, el ejército ucraniano, respaldado por el envío de artillería de largo alcance de las potencias occidentales, recuperó terreno.
Tres aldeas fueron reconquistadas en las dos últimas semanas, aseguró el alto militar ucraniano Gromov. La víspera, las autoridades de ocupación denunciaron que un ataque ucraniano había alcanzado el puente Antonovski sobre el río Dniéper, clave para el abastecimiento de las tropas de Moscú.
Tanto en Jersón como en la vecina Zaporiyia, también ocupada por Moscú, las fuerzas de ocupación dijeron haber arrestado a 21 “cómplices” del ejército ucraniano.
Según una fuente militar citada por la agencia estatal Ria Novosti, los servicios de seguridad rusos habrían desmantelado también un grupo de agentes ucranianos en Jersón, que proporcionaban información al ejército ucraniano sobre los movimientos de las tropas rusas.
Desde el inicio de la invasión, ambos países han llevado a cabo varios intercambios de prisioneros. Pero también se produjeron canjes de detenidos entre Rusia y Estados Unidos, un tema que surge de manera regular desde que el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo ruso Vladimir Putin se reunieran en junio de 2021 en Ginebra. Moscú confirmó este jueves que mantiene conversaciones con Washington para intercambiar detenidos, aunque aún no hay acuerdo.