Tauromaquia: arte o masacre

Según la Real Academia Española (RAE), la “tauromaquia” es el arte de lidiar con los toros, y “lidiar”, lo define como burlar al toro esquivando sus acometidas según las reglas de la tauromaquia hasta darle muerte. Un “arte” que provoca la muerte, bien.

La Tauromaquia es considerada como la enseñanza de la técnica y habilidades a nivel profesional de cómo lidiar a un toro, la cual incluye reglas y conocimientos acerca de este animal para ejecutar de manera adecuada cada una de las acciones del toreo —es la manera elegante que se ha encontrado para describir lo que sucede en las corridas de toros—.

Las celebraciones taurinas están prohibidas por ley en países como: Argentina, Canadá, Cuba, Dinamarca, Italia, Reino Unido, Uruguay, Ecuador y Panamá. Sin embargo, en muchos otros sigue presente, tal es el caso de: España, Francia (no en todas las regiones), Portugal, Colombia, Ecuador, México (a excepción de 4 Estados; Sonora, Guerrero, Coahuila y Quintana Roo), Perú y Venezuela.

En el caso de México, fue en mayo de 2022, cuando un juez federal aceptó un amparo promovido por la organización no gubernamental “Justicia Justa”, quien argumentó que las corridas de toros afectan el derecho a tener un medio ambiente sano porque implican un daño al bienestar animal. El juez aceptó la suspensión bajo el argumento de que “la sociedad está interesada en que se respete la integridad física y emocional de todos los animales”. No obstante, el pasado 6 de diciembre del 2023, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, revocó la suspensión y después de un año ocho meses, las corridas de toros regresaron a la Plaza México —28 de enero de 2024—.

Ante esta situación, la asociación Parlamentaria Izquierda Liberal y la agrupación “Todas y Todos por Amor a los Toros”, presentaron un nuevo amparo contra el regreso de las corridas de toros en Ciudad de México, ante lo cual, una jueza ordenó el pasado miércoles 31 de enero suspender nuevamente las corridas de toros, pero la suspensión duró muy poco, pues el viernes 2 de febrero, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) informó la reanudación de los eventos taurinos en la Plaza México, por lo cual, este 4 y 5 de febrero se dio paso a las corridas de aniversario, donde la Monumental Plaza de Toros México, cumplió 78 años.

Volvamos a la definición donde se menciona que la tauromaquia, es arte, pero ¿Qué tanto hay de arte en ver como un animal es lastimado y le quitan la vida? Un animal muere ante los aplausos de miles de asistentes, un espectáculo de crueldad colectiva que causa agrado y satisfacción entre los asistentes, quienes están dispuestos a pagar un boleto que oscila entre los 4 mil 600 pesos el más caro y 120 pesos el más barato, donde se sienten extasiados de ver cómo le cortan el rabo y la oreja a un animal indefenso.

Mas que una “fiesta” o “espectáculo”, parece ser una masacre pública o maltrato animal legalizado, aunque el empresario mexicano y presidente de la Asociación Mexicana de Tauromaquia, Pedro Haces, asegure que se debe enseñar a niños y jóvenes que la tauromaquia no solo es enfrentar a un hombre con un animal, sino que es arte, cultura y poesía. Por lo que aquellos que piensan que es un acto cruel donde al correr sangre difícilmente puede ser admitido como una expresión artística, deberán repasar “la bella” y “adornada” definición de este empresario.

Es distinto hablar de los trajes de los toreros, pues mucho del trabajo realizado es bordado a mano, lo cual habla de un delicado trabajo que para nada merece ser menospreciado, al igual que el tiempo y la dedicación en la elaboración de estas prendas, pero que alguna gente “famosa” sea aficionada a las corridas de toros, no hace que sea un espectáculo humanamente digno.

Por su parte, María González, veterinaria y cofundadora del santuario de animales “La vida color frambuesa”, responde que “el toro sufre como cualquier individuo con sistema nervioso central. Sufre desde el momento que es acosado para subirse a un camión, sufre miedo y pánico en el trayecto. Los gritos, la oscuridad, todo eso es procesado por su cerebro como algo desconocido, como algo peligroso”.

Lo cual contrasta con la opinión de algunos aficionados que sostienen que “El toro no sufre, es una fiesta para que el toro demuestre su grandeza”. El hecho de que la tauromaquia sea una tradición, no implica que deba continuar existiendo. Las tradiciones como todo en la vida deben cuestionarse y replantearse en sociedades en constante cambio que intentan evolucionar hacia mejores prácticas donde los derechos animales deben ser reconocidos y respetados.

La tauromaquia es una forma de crueldad con los animales, ellos merecen espacios adaptados de acuerdo a sus necesidades, donde el humano muestre una faceta más amable con los seres sintientes que lo lleve a concientizarse sobre su existencia y su convivencia con los mismos, ya que el hecho de tener capacidades cognitivas superiores, no justifica que sus intereses tengan prioridad sobre los intereses de los animales.

Las corridas de toros son un proceso de tortura, durante el cual el animal sufre hasta el grado de perder la vida. Pues recordemos que las corridas de toros se dividen en tres etapas o tercios (tercio de varas, tercio de banderillas y tercio de muerte). Cada una se diferencia por una serie de características. El tercio de varas es la primera fase de una corrida de toros, en esta etapa, el toro entra en el ruedo y el torero observa su comportamiento. La segunda fase de una corrida de toros es cuando los banderilleros pinchan el cuello del toro con las famosas “banderillas”. Esta función la hacen tres “banderilleros”, en algunos casos, también lo hace el propio torero con el objetivo de debilitar el toro. Cada banderillero suele colocar dos banderillas en los hombros del toro. El tercer tercio, al parecer es el más esperado por los espectadores, esta fase es cuando el torero o matador que en verdad hace “gala” del nombre, se encara con el toro y debe de matar en menos de 15 minutos. Increíble que haya quienes encuentran entretenimiento y/o diversión en esto.

Arrebatar la vida a quien desea conservarla y dañar a quien no desea ser dañado, es inhumano. Pero la tortura para el toro, comienza antes de entrar al ruedo, esto, al mencionarse que días antes de la corrida, los toros no son alimentados y durante las últimas horas tampoco se les da agua, se les mantienen en la oscuridad y se les recortan y liman los cuernos.

En ocasiones se les golpea con sacos de arena o con palos en los riñones y los testículos para disminuir su fuerza. Les untan vaselina en los ojos para disminuir su visión, les hacen cortes en las pezuñas, les introducen algodón en la nariz para dificultar su respiración, les tapan las orejas con periódico para hacerles perder el equilibrio, prácticas que están prohibidas —solo esas prácticas, no la corrida de toros—, pero que han sido confirmadas por veterinarios y trabajadores.

A los amantes de las corridas de toros, ojalá que busquen otra forma de divertirse con actos más civilizados y con pleno respeto a hacia la vida de otro ser vivo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que un número mucho mayor de animales sufre y muere en otros ámbitos de explotación, que hay de la pelea de gallos, pelea de perros, las carreras de caballos y las condiciones tan crueles en las que se priva de la vida a los animales de granja como: pollos y gallinas, cerdos, vacas, entre otros.

Estamos en un punto de quiebre respecto a nuestra relación con los animales y los derechos de los mismos, y tan nocivo es encontrar entretenimiento y diversión en arrebatarle de manera cruel la vida a un animal, como el querer humanizarlos. Actualmente, la plaza de toros México anunció que abrirá sus puertas para el viernes 9 de febrero, donde las protagonistas serían exclusivamente mujeres toreras. Posteriormente, la plaza tiene anunciadas corridas para el 18 y 25 de febrero, así como para el 10, 17 y 24 de marzo. Lo que sigue, son más amparos y manifestaciones, pero el problema de raíz no se atiende porque no se entiende. Concluyo diciendo que tal y como mencionan algunos grupos en defensa de los derechos de los animales: “Donde hay sangre, dolor y tortura, jamás habrá arte y cultura”.