El 41.8% de las mujeres vivió violencia en su infancia: ENDIREH

Toluca, Méx.- De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), en 2021, el 41.8 por ciento de las mujeres manifestó haber vivido alguna situación de violencia en su infancia, es decir, antes de cumplir 15 años.

A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), publicó los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), documento con el que reafirmaron la magnitud de la violencia que enfrentan las mujeres y las niñas se ha considerado como un problema generalizado y devastador que se empieza a sufrir a edades alarmantemente tempranas.

Los hallazgos de esta encuesta señalaron que, las principales personas agresoras sexuales de las mujeres durante su infancia fueron una o un tío, con 20.8 por ciento, una o un primo, con 17.4 por ciento y un no familiar, es decir, un vecino o conocido, con 15.8 por ciento.

Los datos revelaron que, durante la infancia, alrededor de 12.4 millones de mujeres de 15 años y más experimentaron violencia sexual. Los principales actos de violencia fueron: tocamiento de sus partes íntimas o la obligaron a tocar las partes íntimas de otra persona sin su consentimiento; intentaron forzarla a tener relaciones sexuales y la obligaron a mostrar sus partes íntimas o a mirar las partes íntimas de otra persona.

En tanto, las personas que menos se mencionaron como agresoras sexuales fueron la o el abuelo, con 3.6 por ciento, otro, con 3.3 por ciento y la madre, con 0.6 por ciento. De acuerdo con los resultados, se estima que, en México, 51.3 por ciento de las mujeres de 15 años y más atestiguó o experimentó algún evento de violencia física o psicológica durante su infancia, 78.2 por ciento de ellas reportó tener hijos o hijas.

Los resultados revelados de esta encuesta, revelaron que la violencia en contra de las mujeres se trata de una situación que se genera desde las primeras etapas de la vida y que afecta la salud y el bienestar de las niñas que la padecen, aún mucho tiempo después de haber sido violentadas.

De ahí que, la exposición a la violencia desde los primeros años de vida puede convertirse en un fenómeno estructurante, que genere ciclos complejos caracterizados por la tolerancia, normalización e, incluso, la reproducción de la violencia en etapas posteriores.