EL CÁNCER Y SUS COLORES

Hay conciertos, carreras, espectáculos… y todos ellos se tiñen de rosa para dar visibilidad al cáncer de mama. Será el próximo diecinueve de octubre cuando se celebre su Día Mundial y aunque hay una fecha señalada, lo cierto es que todo el año hay que estar concienciado de lo importante que es apoyar a quienes padecen esta dura enfermedad y, por supuesto, a quienes investigan para mejorar los tratamientos y dar con las claves que acaben con el cáncer.

Con el rosa como telón de fondo se recuerda la importancia de las revisiones periódicas porque la detección precoz es fundamental. Además, todas las actividades que se realizan son un punto de encuentro entre la solidaridad y la esperanza porque las que han vencido a la enfermedad son las heroínas de las que lo están sufriendo. Está bien buscar un reflejo que te inspire a pelear. Ante esta dura enfermedad, sentirse querido y apoyado es la mejor combinación para todos los pacientes de cáncer sin importar qué tipo sea. 

No hay que olvidar que el cáncer no sólo se tiñe de rosa. Son muchos los tipos que hay y cada uno tiene su señal. Si hablamos de colores, el arco iris no puede englobar a todos. Les da un color que los identifica, pero en el fondo el primer nombre de la enfermedad es el mismo. Seis letras que unidas muestran en un instante la cara y la cruz de la vida. Afrontar el jarro de agua fría que te cae cuando oyes esa palabra en un diagnóstico no es fácil, pero de luchadores está lleno el mundo. Ser optimista es la mejor actitud. Ahí empieza esa fuerza de la vida que te impulsa a afrontar lo que venga por delante. Esa fuerza cargada de adrenalina que te ayuda incluso cuando sientes que todo a tu alrededor se cae. En ese momento, los que te quieren estarán siempre a tu lado para ayudarte a poner punto final a la enfermedad y celebrar con ellos la vida. No hay que olvidar que “nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es tu única opción”. Este mensaje está escrito en muchos colores. 

Es cierto que el próximo jueves todo se teñirá de rosa, aunque lo importante siempre es transmitir fuerza a quien lo necesita y, volviendo al principio de este artículo, pedir ayudas para esa investigación de la que muchos se olvidan. En esto también hay que concienciarse. Precisamente, en la investigación radica la esperanza de que todo mejore. Encontrar nuevos tratamientos y mejorar los que ya existen es fundamental.

Por eso, aunque estos días todo sea de color rosa, insisto que los lazos son de muchos colores y todos igual de importantes. La solidaridad no entiende de colores. Me alegra ver que los colores nos unen por una buena causa. Lo que está claro es que la unidad hace la fuerza y que entre todos podemos convertir ese arco iris en un único lazo lleno de ilusión y esperanza. Ahí radica la fuerza de la vida.