Recuento de daños: las campañas de las corcholatas

Para un evento de luz y sonido de 100 personas, el equipo de audio y el dj cuestan alrededor de 5 mil pesos, si cada corcholata realizó más 150 eventos, con más de un millar de personas, el sonido pensemos que costó $10,000 pesos, lo que significaría que sólo en audio muuuuy conservador se gastaron un millón y medio de pesos.

La “corcholata” que viajó medianamente, fue Adán Augusto con 39 viajes en avión. Si en su comitiva van 20 personas, con un promedio de dos mil pesos el vuelo, se gastaron entonces alrededor de un millón y medio de pesos.

Es decir, únicamente van dos gastos muy básicos e indispensables y ya va la cuenta en TRES MILLONES de pesos por cada uno de las corcholatas, sin contar los espectaculares y bardas, los “box lunch” para los asistentes; sin contar la renta de los espacios, sin contar sillas, templetes, tarimas, enlonados; sin contar comida de su equipo, hoteles ni renta de vehículos; sin contar reporteros que cubran sus eventos, entrevistas o reportajes.

Según ellos mismos, Sheinbaum gastó caso 4 millones, Ebrard 2.3 millones, Monreal 3.5 millones y Adán Augusto casi 2.4 millones.

Es increíble cómo no hemos hablado de soluciones y ya nos están engañando. Es imposible que hayan tenido esos gastos de campaña a menos de que sean donaciones y por tanto, ya sean también compromisos fuertes con sus padrinos. En el portal de Latinus, registran sólo de gastos de Adán Augusto un total de 23 millones de pesos. ¡Cómo es posible que nos quieran ver la cara! ¡Ni si quiera están maquillando la cifras, las están inventando sin pudor!

Por otra parte ¿Han escuchado alguna propuesta? Exacto, sólo de Ebrard sobre su proyecto ANGEL que es llenar de cámaras el país, como si vigilar hiciera que no se ejecutara el delito; el problema es que no se persigue, no hay investigación y por tanto, no hay sanción.

De ahí en fuera no ha habido propuesta alguna, más que la 4T continúe, con los logros o en su caso, termine los logros que “no pudo” terminar AMLO; esa fue la razón por la que nadie se animó a decir alguna solución, porque según el presidente no hay qué solucionar, todo está perfecto. Cualquier propuesta indicaría que algo está mal, que algo falta por solucionar o que las promesas de AMLO no se han cumplido y eso sería imperdonable para alguna de las corcholatas. El sistema de salud tiene menos cobertura, menos medicinas, menos atención y menos recursos que en el sexenio anterior. El sistema de seguridad de abrazos y no balazos ha hundido a México en el peor sexenio de la historia en materia de asesinatos/ muertos/ desaparecidos/ feminicidios. Las grandes obras de infraestructura no sirven o no funcionan para lo que prometieron, el aeropuerto cuenta con subsidio para incentivar su uso y  ni con decretos terminan de activarlo; la refinería no refina, el tren maya no empieza operaciones con el lastre de haber destruido el ecosistema, miles de árboles y cenotes; y de la educación pues mejor ni hablar, entre que no hay profesionalización, ni libros de texto adecuados, se podría ir la discusión, pero lo más importante es que no hay una nueva escuela mexicana, nuestros niños siguen un modelo que no contempla que la información se tiene en los dedos y no prioriza el razonamiento ni la inventiva.

En el Recuento de Daños las corcholatas sólo han servido para gastar dinero por el país, reforzar la imagen del presidente y robar del erario una buena tajada para amigos y familiares que den el servicio solicitado.

En la siguiente opinión, el recuento de daños de Xóchitl y Beatriz.