LA CABAÑA DEL TÍO TOM

Por: Sacerdote Daniel Valdez García

En el siglo XIX, fue publicada una destacada obra literaria conocida como “La cabaña del tío Tom”, escrita por la estadounidense Harriet Beecher Stowe. Esta novela denuncia vehementemente el trato inhumano hacia los esclavos.

Entre los personajes destacados encontramos al Tío Tom, un hombre de raza negra que, a pesar de ser sometido a numerosos ultrajes, por parte de los dueños de esclavos, no pierde su esencia bondadosa, su fe ni su humanidad. El Tío Tom pierde su vida tras ser azotado, después de intentar persuadir valientemente a su amo, para que cambie de parecer y negarse categóricamente a aplicar el látigo a otros esclavos.

Dicha obra, revolucionó la percepción de la esclavitud en todo el mundo. Fue un clásico que degustábamos en nuestros años de educación secundaria.

Durante mi etapa como diplomático en Tailandia, pude maravillarme con la exquisita joyería que allí se ofrece y disfrutar de un inolvidable paseo a lomos de elefantes, al mismo tiempo que, me encontré confrontado por la triste realidad de la prostitución infantil, expuesta descaradamente en las puertas de las casas en el extenso mercado de fines de semana lleno de souvenirs y todo tipo de objetos para cautivar al turista. Esta lamentable situación, es conocida como “turismo sexual”. En aquel momento, experimenté un despertar en lo más profundo de mi ser, comprendiendo que no se puede permanecer indiferente ante tal atrocidad.

Durante mi estancia en Israel, donde me dediqué al estudio de la arqueología bíblica, visitaba frecuentemente el albergue francés en Belén, donde se encontraban niños y niñas cuyas madres palestinas habían sido víctimas de violación. Una vez que los pequeños eran destetados, eran entregados a este hogar, luego sus madres debían elegir el tipo de muerte o convertirse en la cuarta esposa, opción que, lamentablemente, es comúnmente aceptada en algunos casos.

A los niños se les tatúan tres veces en árabe la palabra “mahmed” (abandono), no pueden tener nombre y cada seis años cambian de albergue. Al dejar el último los extremistas yihadistas los convencen de aceptar ser parte del terrorismo suicida islámico. Nos preguntamos ¿Dónde están sus derechos humanos?

La película Sound of freedom (Sonido de libertad), será un parteaguas frente a estas nuevas esclavitudes que superan en número las atrocidades  de los siglo XVIII y XIX de nuestra era. No es una película tipo thriller, sino que, está hecha de manera cuidadosa y atenta a denunciar sin ofender la sensibilidad del auditorio. Aborda el álgido problema del tráfico de niños, de almas inocentes veladas, humilladas y martirizadas, cuyo protagonista en la vida real es Tim Ballard, magníficamente interpretado por el actor Jim Caviezel. La exreina de belleza colombiana, Kelly Johana Suárez fue realmente procesada por este tipo de tráfico en el 2014.

Es importante saber que, el destacado químico farmacólogo, Luis Camilo Rios Castañeda explicó a EFE, que tanto el adrenocromo como la adrenalina (epinefrina) se obtienen fácilmente y en suficientes cantidades por métodos de síntesis química en un laboratorio, lo cual, hace sumamente innesaria su extracción de humanos y es improbable que se esté obteniendo de los niños para terapias de rejuvenecimiento de los adultos.

“Los niños de Dios” no se tocan por nadie. México aún tiene una enorme deuda con los niños y niñas que son abusados por familiares y personas cercanas.

Sin fake News, abordemos con seriedad y soluciones esto que lacera gravemente a la sociedad. Oremos y luchemos por una vida digna para todos los niños y las niñas.

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