Homenaje de cuerpo presente al notario Ortiz Girón, en Neza

Nezahualcóyotl, Méx.- Entre sollozos, ante decenas de personas, el hermano del notario José Ortiz Girón terminó su declamación; “¡Vida, nada te debo!” “¡Vida, estamos en paz!”. Sin embargo, el llanto en los rostros se generalizó cuando la sobrina se abrazó al féretro y gritó de dolor: “¡Tío, qué fue lo que pasó!”. El domingo íbamos todos cantando en el carro, íbamos felices… Ahora regresas en un ataúd…!”

Lo anterior, tras la misa de cuerpo presente en honor del notario 113 del Estado de México, José Ortiz Girón, asesinado el pasado martes en el centro de la ciudad de Oaxaca, a donde había acudido junto con su familia para disfrutar el espectáculo de La Guelaguetza.

Aquí, en la avenida Sor Juana Inés de la Cruz, que fue cerrada para celebrar la homilía de cuerpo presente, el estupor y el coraje eran palpables. Políticos de distintas ideologías se reunieron para darle el último adiós al notario, quien era muy apreciado en la ciudad. Así, pudo observarse al exalcalde Juan Hugo de la Rosa (hoy de Morena), al exalcalde del PRI José Sánchez Navarro; a los dirigentes del tricolor en la urbe, Enrique Cruz Gallardo y Coralia Villegas; al legendario Eduardo Quiles y su hija Alma, extitular del Imevis, así como a personajes que en su momento brillaron con luz propia en las filas del Revolucionario Institucional.

La ceremonia comenzó a las 10 de la mañana y concluyó a las 13 horas, entre figuras gigantes (Marotas, les dicen los oaxaqueños), y melodías de aquel estado que ya son emblemáticas.

Uno tras otro, los miembros de la familia (hermanos, sobrinos, hijas e hijos) tomaron el micrófono para decir el último adiós a José Ortiz. “¡Tú -le decían-, nos enseñaste a no darnos nunca por vencidos, a luchar hasta el final sin desmayar. Hoy te nos adelantas, pero algún día volveremos a reunirnos!”.

El mezcal corría de mano en mano, mientras los abrazos solidarios se sucedían incluso entre desconocidos.

Cabe destacar que el notario 113 del Estado, José Ortiz Girón, llegó muy joven a Nezahualcóyotl procedente de su natal Oaxaca. Aquí hizo carrera como abogado y finalmente logró instalar su notaría, donde ayudaba en los trámites a toda clase de personas, ricas y pobres.

El martes pasado, en un acto cobarde, dos sicarios lo apuñalaron en una esquina de la ciudad de Oaxaca, tras lo cual se dieron a la fuga sin robarle sus pertenencias.

A la una de la tarde de ayer jueves, el ataúd fue cargado por ocho amigos del notario para subirlo a la carroza, entre notas plañideras de la canción “Dios nunca muere”. Según uno de sus hijos, el cuerpo sería conducido a un panteón ubicado en la alcaldía Xochimilco para ser inhumado.