GRILLANDO

 Si nunca se ha dado una vuelta un sábado o domingo por los campos de futbol de su barrio o su pueblo, le recomiendo que lo haga como simple experimento social y observe le enorme cantidad de gente que se dan cita en torno a un balón, jugadores, familias, niños y amigos, que a través del deporte encuentran una actividad sana para distraerse.

Por ello, es que el futbol es importante para México, por su arraigo, por lo que genera, porque es una herramienta para recomponer el tejido social, porque genera identidad, porque es bueno para la salud e impulsa una pasión enorme, entre otros aspectos positivos, de ahí, que por ello nos duela y entristezca ver al futbol mexicano profesional hundido en una de sus peores crisis.

Después del fracaso del Mundial en Qatar y el de las selecciones menores a lo largo del 2022, pensé que los dueños del balón, es decir, los principales empresarios de este país, harían algo por el futbol nacional, sin embargo, en la última reunión de dueños nuevamente demostraron su codicia y poco interés por lo deportivo, ya que les valió madre arreglar puntos fundamentales como el regresar el ascenso y descenso, disminuir considerablemente el alto número de extranjeros en el balompié nacional, dejar de consentir la mediocridad con liguillas de 10 equipos, impulsar a los jóvenes futbolistas y otros aspectos que dejaron a un lado a cambio de billetes, ya que su enorme codicia está peleada con su inteligencia para que el futbol mexicano funcione sin tener que descuidar lo deportivo, así como lo hacen los gringos que a nivel selecciones ya nos superaron desde hace años.

Y es que, los estadounidenses saben perfectamente la importancia del deporte en su sociedad, por ello son potencia y tienen las mejores ligas, porque entienden que cuando hay un manejo profesional, inteligente, ordenado y dinámico, se puede evolucionar en lo deportivo y económico, cosa que en México no pasa porque los dueños de los equipos y la Federación Mexicana de Futbol, históricamente están acostumbrados al dinero fácil emanado de sus “negocios” con las autoridades y empresas “hermanas”.

Ni hablar, siempre que escribo trato de ser objetivo, sin embargo, a la mafia del futbol mexicano no le veo intención de hacer algo por este deporte, algo lamentable y que ojalá un día cambie, pues mientras tanto seguiremos viendo espectáculos lamentables como el del partido entre Estado Unidos y México de la semana pasada, ya que ni vale la pena mencionar su partido por el tercer lugar ayer en Las Vegas y que de forma histórica no tuvo el apoyo de nuestros paisanos en el otro lado de la frontera, señal de que su producto apesta, no gusta y se lo están acabando.

LA GRÁFICA DE HOY

Es de la calle Joaquín Fernández de Lizardi en la colonia Sánchez Colín de Toluca, donde está el periódico, una colonia céntrica de la capital mexiquense, pero en la que poco a poco fueron desapareciendo los árboles de las aceras, al grado de que prácticamente solo hay unos cuantos, algo similar a lo que pasa en las calles aledañas donde son cuadras y cuadras de concreto, cemento y pavimento.

Quienes somos de Toluca recordamos que nuestra ciudad antes estaba llena de árboles, que por lo general afuera de una casa había uno sembrado en la banqueta, árboles que nos daban oxígeno, sombra y una imagen urbana diferente a la de ahora donde solo vemos un escenario gris.

Hoy que nos quejamos tanto del calor, algo debemos hacer como ciudadanos, tomar acciones concretas e inmediatas, por lo que sería bueno que las autoridades promovieran una campaña de reforestación urbana para que regrese el verde a nuestras calles y con ello todos los beneficios que representa tener un árbol.

Por lo pronto, sembraré un árbol frente al periódico, me comprometeré a cuidarlo y a que crezca para ir cambiando la imagen de mi calle, lo cuidaré de los pinches cableros que son los taladores de árboles en las ciudades e invitaré a mis vecinos que hagamos lo mismo, ya que es algo que nos urge y si no lo hemos entendido con estos calores nunca antes vistos en Toluca, es que de plano estamos jodidos.

GRILLANDO

Y VA DE CUENTO

Están dos viejecitos de 80 años que van a hacer el amor, y le dice el viejito de nombre CARLOS CORREA a su esposa: Paquita, ¿dónde quieres que lo hagamos hoy?

A lo que la señora le responde: En el suelo.

Intrigado, CARLOS le pregunta: ¿En el suelo? ¿Por qué?

Y ella le dice: ¡Para sentir algo duro!

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en Twitter en @pepenader y en [email protected]