EL VALLE DEPORTIVO

“Los deportistas y atletas más jóvenes y los niños pequeños quieren ir en la dirección correcta del deporte, en lugar de ir en la opuesta. Necesitan apoyo, no problemas” Usain Bolt.

Y si fuera mucho pedir -que no lo es- elevaría millones de plegarias para que el deporte en México se cristalice en una fulgurante figura con condiciones favorables para todos, desde la iniciación deportiva hasta el alto rendimiento y el profesionalismo, ese que aporta sociedad y cultura, el que consolida cada esfuerzo tripartito que nace desde casa, el consagra la ilusión de miles de aspirantes, ese que dignifica la tenacidad de querer sobresalir y no pisotear, ese que busca la abolición de la nefasta y negra mafia del poder, ese que da vida, esperanza, luz y salud, ese que dedica cientos y cientos de minutos al estudio de los avances tecnológicos, procesos evolutivos del ser humano, calidad de enseñanza-aprendizaje, transmisión altamente calificada de instrumentos preventivos con valores, acompañamiento permanente y asistencia social, tutoría directa, capacitación constante, actualización al día, estudio perenne, pero sobre todas las cosas, la bondadosa y generosa oportunidad de romper con las barreras y limitaciones que han sido impuestas y que has destrozado -también, en la materia- a toda la nación, aunque muchos no lo quieran ni ver ni aceptar.

Hace unos días una especialista española con visión profunda y analítica, me decía que el deporte en México ha sido verificado como una vaca famélica ante los ojos de muchos y/o de todos y que no hay manera de cómo esconder tan precaria condición, incluso, me aseveró, se pegan más a ella -en el ejemplo- para seguir exprimiendo aunque ya no tenga nada que dar. Cuánta verdad en aras de un panorama desolador y apuntó que espera, como millones en el país, que esto cambié cuánto antes, porque sino todo seguirá en picada y de peor manera.

Ante lo descrito y más tarde con la visita del exatleta jamaiquino Usain Bolt, a quién se le vio en su faceta de hombre común, y al saber de las condiciones por las que atraviesa el deporte en México, y en especial el orden de las actividades acuáticas, él, a quién vi en vivo en el Estadio Olímpico en Londres 2012 como una auténtica flecha lanzada con rumbo fijo, expuso que sabe del conflicto de intereses que existe y que lo único de se demuestra es la poca o nula asertividad que se tiene entre dirigentes y atletas, que lo mejor es que la gente del deporte debe presionar más a sus políticos y directivos deportivos ante ésta serie de situaciones porque no solo afecta a un grupo sino a todo un país, por lo que se le hace increíble que en pleno S. XXI ocurra esto, aclarando que aplaude la iniciativa e intervención directa ayuda de la iniciativa privada, pero que considera que deban y tengan que ser los propios ciudadanos quienes deben exigir más a sus autoridades deportivas públicas porque a estas corresponde la responsabilidad de apoyar a los deportistas nacionales.

Quien fuera velocista en su momento y el hombre más rápido del mundo en los 100 mts. planos, se une a las múltiples muestras de desaprobación por la manera en que se “lleva” el deporte mexicano, incluso comparando un poco y refiriendo que cuando fue niño, estaba dotado para el atletismo, como es común en Jamaica, sin embargo no tenía dinero para comprar los tenis especiales que se requieren, por lo que considera que la ayuda económica es quizá de las situaciones más importantes, porque que cuando en una cultura-como la de Jamaica- todos en el deporte amateur y de velocidad tienen talento, pero debe apoyarse, aprender en el camino y por eso se necesita el apoyo, como lo he señalado infinidad de ocasiones, de la familia y amigos, de la federación, del país, si alguna de las partes falla, se trunca absolutamente todo.

Que lamentable que la historia haya cambiado tanto para que México sea un referente de ingratitud, malévolos castigos y señalamientos directos por temas personales; que pena que en el caso del múltiple campeón olímpico –él, sí- apunté lo que más figuras refieren de la actualidad del deporte en nuestro territorio, pero más indecoroso es que sigan haciendo de las suyas quienes pretender justificar sus acciones y palabras con abstractas ideas que nada tiene que ver, confundiendo la gimnasia por la magnesia, evadiendo cualquier tipo de responsabilidad y reiterando con claro cinismo que lo único que realmente importa es la vaca de oro, no la famélica. ¡Joder!

Pásenla bien!!!