“Hecho en México”

Una tras otra y después…. otra peor que la anterior, así son las cosas que suceden en este México bizarro, sin embargo, a algunos nos sigue costando trabajo entender que las cosas cambian para mantenerse igual, que las formas son distintas y el resultado no solo es el mismo, a veces es peor y lo que prevalece es un país de privilegios donde el que la hace, rara vez la paga ¿Por qué? porque la justicia es de quien puede comprarla y punto.

Acontecimientos “peculiares” como otorgar un amparo para que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) le descongelara las cuentas bancarias a Linda Cristina Pereyra Gálvez, esposa de Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, el mismo día (martes 21 de febrero) que fue declarado culpable de todos los cargos que se le imputaban en una Corte de Nueva York (tres cargos por tráfico de cocaína, uno por delincuencia organizada y otro por emitir declaraciones falsas a las autoridades de Estados Unidos cuando solicitó la ciudadanía estadounidense en 2018) son cosas que solo pueden entenderse con la denominación “Hecho en México”, inverosímiles son los niveles de corrupción que imperan en el poder judicial y en general, en el sistema de impartición de justicia, pues pese a que la esposa de García Luna está acusada de formar parte de la trama de desvío y lavado de dinero, y de manera reciente se dio a conocer información sobre 745 millones de dólares en 40 contratos públicos vinculados a Genaro García Luna en esquemas de lavado de dinero en nuestro país, al Décimo Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México no le importó.

En un tema distinto pero que también lleva el sello de la casa; “Hecho en México”, el pasado viernes 24 de febrero, el diario “El País” dio a conocer que la jueza de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, obtuvo en 2009 el grado de doctora en Derecho por la Universidad Anáhuac con un trabajo de titulación en el que plagió 209 de las 456 páginas, según la investigación firmada por los periodistas Zedryk Raciel y Beatriz Guillén.

La investigación señala que el trabajo de la ministra “se corresponde” con trabajos publicados antes por otros 12 autores, entre los que se encuentra un exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); un exministro español de Cultura, un expresidente del Tribunal Supremo de España y un expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como algunos juristas mexicanos, italianos, españoles y alemanes.

La situación es vergonzosa, de comprobarse el hecho, sería el segundo plagio de la ministra, pues apenas el 11 de enero la Facultad de Estudios Superiores Aragón comprobó que la ministra Esquivel Mossa, cometió plagio en su tesis de licenciatura, toda vez que “El Comité de Integridad Académica y Científica” determinó que la tesis original se presentó en 1986, por Édgar Ulises Baez Gutiérrez, exalumno de la Facultad de Derecho.

En este caso, la tardía e imprecisa respuesta de la máxima casa de estudios ha dejado mucho que desear, pues recordemos que la noticia se dio a conocer en diciembre del año pasado y el caso aún sigue abierto, no obstante, Enrique Graue; rector de la UNAM, declaró que la máxima casa de estudios no le puede retirar el título académico. En el caso de la Anáhuac, la respuesta fue en tiempo récord, el mismo día que el diario “El País” publicó la nota, dicha institución informó que en 2009, la Universidad Anáhuac no contaba con las herramientas tecnológicas que permitieran detectar “situaciones” (se infiere que se refiere al plagio) que puedan presentarse en la elaboración de los trabajos de titulación, aunado a que el reglamento vigente de la Universidad establece que a partir de los tres años siguientes a la emisión del acta doctoral, no es posible llevar a cabo una acción que la cuestione, así se lavan las manos y pretenden poner punto final al tema.

Los hechos ahí están, pero al parecer en ninguno de los dos casos se puede o se quiere hacer algo al respecto. Buen mensaje para quienes son partidarios de este tipo de prácticas, pero vayamos más lejos y pensemos si alguien con estas características puede seguir ocupando uno de los cargos más importantes en nuestro país: ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que irónico que alguien así sea responsable de la impartición de justicia.

La cereza del pastel es el caso de Rosario Robles Berlanga, la exfuncionaria de la administración de Enrique Peña Nieto que el 24 de febrero celebró algo más que el día de la bandera. Pero antes de continuar hagamos memoria para recordar que esta mujer fue acusada por la malversación de fondos públicos bajo el esquema conocido como “La Estafa Maestra”, donde se presume que más de 5 mil millones de pesos fueron extraídos de las dos dependencias en las que Rosario Robles estuvo al frente; la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), de 2012 a 2018.

No obstante, el pasado viernes se realizó una audiencia en el Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Sur, con el objetivo de demostrar que la acusación de ejercicio indebido del servicio público por el desvío millonario en la Sedesol y la Sedatu, habían prescrito y adivinen cual fue la resolución, pues así es lo “Hecho en México” ¿Dónde más? La exfuncionaria Rosario Robles Berlanga fue exonerada de los dos cargos de ejercicio indebido del servicio público y con ello, puede regresar a trabajar en algún cargo público.

Con esta decisión se anula la oportunidad de que el caso llegue a quienes fueron los jefes directos de Rosario Robles, Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray señalados en este caso. Cuánta razón tenía Enrique Peña al decirle esta frase que se volvió icónica y que hoy está más vigente que nunca: “Rosario, no te preocupes” (abril 2013). Lo anterior, ante las críticas al programa del cual se estaban robando el dinero, “La Cruzada Nacional contra el Hambre”. Ahora solo falta que vaya a visitar a su exjefe a España.

Este caso se conecta con el de García Luna y nos hace pensar que lo mejor que puedo suceder es que juzgaran a quien fue la mano derecha de Felipe Calderón en Estados Unidos, porque de haber sido juzgado en nuestro país, en tres años queda en libertad como Rosario Robles y listo para ejercer un nuevo cargo público y hasta repetir la dupla con Felipe Calderón.

Desalentador vivir en un país donde las autoridades e instituciones actúan de forma tan negligente, con tanta torpeza, opacidad y corrupción. En fin, parece que no queda más que aceptar que esto, también forma parte de lo “Hecho en México”.