“La experiencia es simplemente el nombre que le damos a nuestros errores” Oscar Wilde

La mejor manera de progresar en la vida misma es mediante la experiencia, no con falsas expectativas, ni con frases trilladas, ni con escuchar motivacionales, ni asistir a cierta cantidad de conferencias, o visitar a un terapeuta y mucho menos andar presumiendo por doquier que te las sabe de todas-todas y peor aún, exhibir la terrible impotencia con actos llenos de cobardía, feroz actitud controversial, contraria a la que se demostraba y luego, como por arte de magia y en un chasquido, andar con un letrero de paz, que nada converge con lo que realmente pasa y que, una vez consumado el fracaso o la derrota, sale a flote esa soberbia que tan escondida estaba pero que, finalmente asoma su misterio con saña y ponzoña, demostrando lo que es realidad ocurre; además, con palabrerías como: andando como si nada, pasando la vida al mil, voy por todo, transitando sin miedo, y otras tantas que solo denotan que el peso -moneda- les puede más que la vida misma. Por supuesto que éstas y otras situaciones se presentan según cómo nos va en la feria, sin embargo, a muchos nos les queda claro que para dominar a sus propios demonios y ratas en la cabeza, se emplea más allá de lo descrito, técnica, principios y teoría, pero a final de cuentas es en la praxis lo que tarde o temprano confiere conocimientos y visión a profundidad.
Y de estas líneas se desprende lo que una vez más azota a nuestra integridad como sociedad, como grupos, núcleos, vaya, personal o colectivo y que cada vez nos consume más sin poder tener las herramientas necesarias para erradicar: la violencia. Hace años, “alguien” me decía que: “eso es violencia, aquello también lo es, lo de allá, desde luego que igual” pero no da pie a semejante idea porque nunca nadie jamás piensa igual, luego entonces, para que se suscite eso, necesariamente deben existir 2 frentes. También era insinuante cuando bajo el argumento que “discutir no es pelear” solamente sembraba miles de dudas que causaban incertidumbre sobre acciones, pensamientos, emociones y sentimientos. Obvio, todos vemos el vaso medio lleno o medio vacío…y así una vez más -infortunadamente- vemos como el reflejo de un mal manejo de todo origina enfrentamiento entre FANÁTICOS -así con mayúsculas- que, en el fervor de su pasión, no identifican -para nada- lo fatal que pueden ser sus acciones. Evidentemente no existe raciocinio en el momento, la ceguera que les invade los convierte auténticamente en peligro para todos, y no es justo estar en el aquí y ahora contando los segundos para no cruzar una sola palabra y evitar tragedias, lamentablemente ocurrió en nuestra zona, en el Valle Toluca- Metepec, después del partido entre los diablos rojos y el León. Un sector de la afición que visitó tierras mexiquenses, emprendió -después del juego- una visita a ciertos puntos de la ciudad y del pueblo mágico, pero no tuvieron buen puerto porque instaban a su paso a crear y generar una discusión que enseguida se tornaría pelito y por supuesto en actos de elevada barbarie, enfrentamiento contra quien sea y más, si se alcanzaba a detectar a un aficionado del equipo rival. Esta ocasión en Metepec, se vivieron momentos de angustia, terror y lamento, por la desquiciada horda que a la voz de su interlocutor se lanzaron con todo en aras de hacer daño, lastimar y hasta poner en riesgo la vida de alguien que ni siquiera la debe ni la teme. Podrán decirme lo que sea, pero esto ya no es ajeno a nuestro entorno, ni a nuestras colonias, ni ciudades, ni nada, al contrario, el tejido social está prácticamente abatido y secuestrado por maleantes y la maña, no hay quien los detenga y lo peor es que está consumiendo el deporte y su esencia de sano esparcimiento y espíritu de salud, de convivencia familiar y un rato de ocio, pero nel, cada vez, hasta en el amateurismo tenemos casos de violencia en grado de tentativa y es entonces cuando las políticas públicas en la materia DEBEN NECESARIAMENTE que surtir efecto y buen impacto, no se trata solamente de hacer carreritas, o clases disque masivas de zumba, o ciclotones, o cerrar y abrir calles como mejor les convenga. No amigos, se trata de aclarar el panorama desde casa, en la escuela, en el trabajo y en el descanso, de transmitir enseñanza colectiva que redunde en beneficio de la sociedad, para que dejen de existir esos actos que tanto nos duele a mi Estado de México y a mi México entero. Hoy quizás, más allá de un lesionado con cierta gravedad -tengo el dato- es haber sido sujetos a una agresión que traspasa cualquier síntoma de igualdad, porque si bien es cierto que el país está patas pa´rriba, pues no dejemos que sigan estos cobardes manchando de sangre las calles de cualquier ciudad y muchos menos, ensucien el deporte o lo tomen como punta de lanza para sus inconcebibles justificaciones.
Así pues, las experiencias útiles únicamente se obtienen con estudio, reflexión y práctica de la buena; podemos hacer como que me lo dijeron y lo olvidé; lo vi, y lo entendí; lo hice, y lo aprendí, porque todas las ideas vienen de la experiencia, la cual tiene dos fuentes, la sensación y la reflexión, por lo que el buen juicio nace de la buena inteligencia y la buena inteligencia deriva de la razón, sacada de las buenas reglas y las buenas reglas son hijas de la buena experiencia, madre común de todas las ciencias, artes y vida misma. ¿Qué te deja de reflexión?
Pásenla bien!!!