SIN TON NI SON

Esta vez les voy a recomendar la lectura de un libro, que me pareció magnífico, de la escritora Irene Vallejo, me refiero a “El infinito en un junco” (2019). Este libro está escrito en prosa y es un ensayo que requirió varios años de investigación, pero tan ameno que parece una novela que nos lleva de la mano por la historia de cómo han evolucionado los libros.
Esta autora muestra un gran amor por la literatura, en sus citas y crónicas se refleja esto. Nos habla de los libros como una mercancía valiosa, un botín de guerra o como peligrosas armas desestabilizadoras de una nación.
Como ya dije nos pasea en voladas a través de la evolución de los libros, las librerías y las bibliotecas, hasta las más actuales contando incluso anécdotas que le acontecieron durante su proceso de investigación. La escritora nos cuenta historias y nos hace sentir que estamos viviendo realidades ya nos conduce por las plazas y lpos edificios de Alejandría, Roma, Atenas, Sarajevo, Florencia, Nueva York, Londres, Cartago, en Túnez, la universidad de Cambridge.
También toca el tema del origen de los bibliotecarios, esos personajes que guardaban y clasificaban celosamente los libros. Con frases de película, poesía o novela (no sé cómo describirlas) nos narra lo que ha sucedido con los libros durante la historia del hombre:
– “El hambre de libros desatada en Alejandría empezaba a convertirse en un brote de locura apasionada”.
– “El regalo de Marco Antonio para Cleopatra fue de doscientos mil volúmenes para la Gran Biblioteca. En Alejandría, los libros eran combustible para las pasiones”.
– “La Biblioteca de Alejandría, variada y completísima, abarcaba libros sobre todos los temas, escritos en todos los rincones de la geografía conocida. Sus puertas estaban abiertas a todas las personas ávidas de saber, a los estudiosos de cualquier nacionalidad y a todo aquel que tuviera aspiraciones literarias probadas. Fue la primera biblioteca de su especie y la que más cerca estuvo de poseer todos los libros entonces existentes”.
Esta espléndida obra “El infinito en un junco” debe su nombre precisamente a que con los juncos se podía elaborar papel: “En el tercer milenio a. C. los egipcios descubrieron que con aquellos juncos podían fabricar hojas para la escritura, y en el primer milenio ya habían extendido su hallazgo a los pueblos de Próximo Oriente. Durante siglos, los hebreos, los griegos y luego los romanos escribieron su literatura en rollos de papiro”.
Uno más de los temas que desarrolla esta excelente escritora, Irene Vallejo, es la educación en Roma y el tema de la educación para las mujeres. Los aristócratas romanos preferían los preceptores privados en casa para mantener vigilada la castidad de las niñas. También aborda el tema de la destrucción de libros con intencionalidad ocurrida en las diferentes épocas, incluido el siglo XX: las bibliotecas bombardeadas en las dos guerras mundiales, la Revolución Cultural china, las purgas soviéticas, las librerías quemadas o atacadas con bombas.
No deje de leer esta magnífica obra, estimado lector.
Comentarios: [email protected]

SIN TON NI SON

Esta vez les voy a recomendar la lectura de un libro, que me pareció magnífico, de la escritora Irene Vallejo, me refiero a “El infinito en un junco” (2019). Este libro está escrito en prosa y es un ensayo que requirió varios años de investigación, pero tan ameno que parece una novela que nos lleva de la mano por la historia de cómo han evolucionado los libros.
Esta autora muestra un gran amor por la literatura, en sus citas y crónicas se refleja esto. Nos habla de los libros como una mercancía valiosa, un botín de guerra o como peligrosas armas desestabilizadoras de una nación.
Como ya dije nos pasea en voladas a través de la evolución de los libros, las librerías y las bibliotecas, hasta las más actuales contando incluso anécdotas que le acontecieron durante su proceso de investigación. La escritora nos cuenta historias y nos hace sentir que estamos viviendo realidades ya nos conduce por las plazas y lpos edificios de Alejandría, Roma, Atenas, Sarajevo, Florencia, Nueva York, Londres, Cartago, en Túnez, la universidad de Cambridge.
También toca el tema del origen de los bibliotecarios, esos personajes que guardaban y clasificaban celosamente los libros. Con frases de película, poesía o novela (no sé cómo describirlas) nos narra lo que ha sucedido con los libros durante la historia del hombre:
– “El hambre de libros desatada en Alejandría empezaba a convertirse en un brote de locura apasionada”.
– “El regalo de Marco Antonio para Cleopatra fue de doscientos mil volúmenes para la Gran Biblioteca. En Alejandría, los libros eran combustible para las pasiones”.
– “La Biblioteca de Alejandría, variada y completísima, abarcaba libros sobre todos los temas, escritos en todos los rincones de la geografía conocida. Sus puertas estaban abiertas a todas las personas ávidas de saber, a los estudiosos de cualquier nacionalidad y a todo aquel que tuviera aspiraciones literarias probadas. Fue la primera biblioteca de su especie y la que más cerca estuvo de poseer todos los libros entonces existentes”.
Esta espléndida obra “El infinito en un junco” debe su nombre precisamente a que con los juncos se podía elaborar papel: “En el tercer milenio a. C. los egipcios descubrieron que con aquellos juncos podían fabricar hojas para la escritura, y en el primer milenio ya habían extendido su hallazgo a los pueblos de Próximo Oriente. Durante siglos, los hebreos, los griegos y luego los romanos escribieron su literatura en rollos de papiro”.
Uno más de los temas que desarrolla esta excelente escritora, Irene Vallejo, es la educación en Roma y el tema de la educación para las mujeres. Los aristócratas romanos preferían los preceptores privados en casa para mantener vigilada la castidad de las niñas. También aborda el tema de la destrucción de libros con intencionalidad ocurrida en las diferentes épocas, incluido el siglo XX: las bibliotecas bombardeadas en las dos guerras mundiales, la Revolución Cultural china, las purgas soviéticas, las librerías quemadas o atacadas con bombas.
No deje de leer esta magnífica obra, estimado lector.
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