¿Se separa MORENA?

Bien dicen los morenistas que el partido está formado de muchos movimientos que se unieron en un fin: el combatir a la mafia del poder. Estas aspiraciones han sido representadas por Andrés Manuel López Orador que es visto casi como un mesías para sus seguidores y colaboradores. Pero aún entre ellos, hay algunos que logran abrirse paso y abrir los ojos ante una realidad corrupta, que deja entre ver, que su supuesta guerra en contra de la mafia del poder, era el disfraz de sus verdaderas pretensiones: imponer una nueva mafia del poder.
En algún punto el partido MORENA se encuentra ya separado. Primero: cuando AMLO quita y remueve a los miembros de su gabinete que evidentemente no quisieron hacer algo le pidió AMLO y que se rehusaron a hacer, uno a uno ha ido de a poco erosionando las capas que protegen al partido, con sus declaraciones posteriores y el hermetismo que siempre se rompe y deja entrever actos corruptos de por medio. Segundo: cuando apoya asuntos evidentemente contrarios a lo que pregonaba, como el periodo más largo del gobernador de Baja California, la milicia a las calles o apoyando figuras insostenibles como la gubernatura de Félix Salgado Macedonio. Tercero: con los actos de corrupción que van saliendo a la luz, su Prima, Pío, Barlet, con obras como la de Dos Bocas o el AIFA. Cuarto: porque la dirigencia debe de decidirse entre alguna de las “corcholatas” que ya ha indicado AMLO que mediante dedazo serán los candidatos, es decir, Sheinbaum, Ebrard o Edgar Augusto, siendo que todos tienen su historial enturbiado con corrupción en sus gestiones anteriores o actuales. Cuarto: cuando la gente de MORENA se siente aludida al señalar a los “fifís”, a los “aspiracionistas”, a la clase media, a los empresarios, a los conservadores, a los estudiantes, a las feministas, a los de la UNAM, etc. Y Quinto: cuando los grandes dirigentes y pensadores como Elena Poniatowska o Porfirio Muñoz Ledo se mantienen determinadamente en contra de las determinaciones de AMLO o incluso se separan pregonándolo a los cuatro vientos.
Pero ahora empieza una escisión aparentemente más importante. Ricardo Monreal, fundador de MORENA, amigo de Andrés Manuel, quien ahora se desempeña como Presidente de la Cámara de Senadores, ahora participa en discusiones mediáticas con AMLO, que si tiene su apoyo o no, que si se pasa a otro partido o que si se da de baja; todo motivado por su propia aspiración presidencial y a la demostración de principios que no se apegan a lo que quiere AMLO, como el estudiar las reformas, ser moderado con las acciones y en conciliar con los partidos que componen las cámaras.
La situación se pone tensa para AMLO cuando al alejarlo de sus filas de predilectos, la oposición lo arropa, puesto que pareciera que no, pero Monreal cuenta con sus seguidores y al colocarse como moderado entre los principios de MORENA, sin duda lo hace atractivo como candidato presidencial para las masas, porque representa la mediación, la prudencia y el buen desempeño.
El bloque opositor no tiene candidatos contundentes, no se visualiza tener uno, no se forja a nadie, no se cuenta con un perfil unificador y Monreal puede situarse en ese punto. Podría ser el único que verdaderamente se imponga a AMLO, (sin tomar en cuenta a Lily Téllez). Aunque también tenga cola que le pisen en los actos que dejó en Zinacantepec.
La duda queda. ¿Monreal observará conveniente ocupar el espacio de ese opositor pensante desde un partido diferente a MORENA?