El valioso gas ruso a merced de China

Quien ha tenido la oportunidad de sentir el frío invernal europeo no me dejará mentir que durante esta época del año llegan a presentarse temperaturas sumamente gélidas, si no se cuenta con la protección necesaria para resguardarse del frío este puede provocar múltiples muertes por hipotermia (una baja excesiva en la temperatura corporal), por ello es que los hogares europeos continúan apostándole a la calefacción como mecanismo para incrementar las temperaturas durante la temporada invernal, mecanismos que en algunos casos son accionados a través de la corriente eléctrica aunque es gasto sumamente costoso, motivo por el cual a la fecha muchos hogares continúan apostando al gas como mecanismo de calefacción.
No quiero decir con esto que el gas no sea costoso, claro que lo es, aunque para países como Portugal, España e Italia, el acceso a una red eléctrica estable como mecanismo de calefacción resulta incosteable. Aunado a lo anterior, en otras naciones como Holanda, Bélgica y Dinamarca; por mencionar algunos, los edificios habitacionales son sumamente añejos motivo por el cual modernizar los mecanismos de calefacción resultan ser un gasto que no todos los inquilinos están en condiciones de sufragar.
Sin embargo, si esto sucede en países de Europa central, excuso decirles cómo se pone la situación en países como República Checa, Polonia, Rumania o Hungría, con un pasado socialista, en donde la infraestructura de vivienda además de ser sumamente lineal, siempre le apostó al gas como mecanismo para afrontar la cruda temporada invernal.
Bajo este contexto, aunque pareciera que hoy Europa lo olvida, el viejo continente a la fecha necesita del gas ruso para hacerle frente a la temporada de frío que comienza desde mediados o finales de octubre prolongándose en ocasiones hasta mediados o finales de abril.
En otro orden de ideas, en esa dinámica comercial para proveer gas a prácticamente Europa central ha estado presente Alemania en calidad de intermediario, ya que a través de los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 el país teutón se ha convertido en el principal socio comercial en materia de gas de la gigantesca Rusia, ciertamente el lector habrá de recordar que ya anteriormente hemos analizado en esta Trinchera Global la dura política arancelaria que han impuesto Polonia, Lituania, Letonia y Estonia a Rusia para que sus ductos gasíferos pasen por su territorio.
Sin embargo, la ambición y la soberbia de Polonia y las repúblicas bálticas, así como la indefinición política de Alemania generaron que hace pocos días durante la visita del presidente ruso Vladimir Putin a territorio chino anunciara un nuevo acuerdo comercial que proveerá de 10,000 millones de metros cúbicos (bcm) anualmente a China, anunció que fue dado en una cumbre con el presidente chino Xi Jinping, previo a la asistencia a la inauguración de los juegos olímpicos de Beijing, hidrocarburo que será ministrado a la República Popular de China a través del gasoducto Power of Siberia ubicado en el Extremo oriental ruso.
La noticia no tardó en caer como un balde de agua fría sobre Europa, principalmente en Alemania y Francia, incluso esta misma semana se dio una reunión en Moscú entre los presidentes Emmanuel Macron y Vladimir Putin, conferencia que a diferencia de otras se dio sin ninguna parafernalia diplomática y en una notable incomodidad entre ambos mandatarios, ya que aunque el argumento de la prensa fue que Macron acudió a Moscú para tratar de mediar y evitar una escalada en el conflicto que sostienen Estados Unidos y Ucrania frente a Rusia, seguramente el tema del gas fue uno muy importante.
Bajo esta dinámica, aunque Alemania no ha realizado manifestación alguna, este anunció fue un duro revés en su contra producto de la indefinición política frente a la tensión con Ucrania, particularmente de su canciller Olaf Sholtz y máxime que la amenaza tácita de un posible cierre o disminución de suministro de gas que deje inoperante la inversión realizada en los ductos Nord Stream 1 y 2, respectivamente, se da frente a otro gran socio comercial de Alemania, es decir, China quien desde hace algunos años cuenta con el Hamburg Hafen und Logistik (HHLA), que es el principal centro de carga para importación y exportación en la relación comercial chino – alemana en el puerto de Hamburgo, que es una de las principales puertas del comercio chino para el desarrollo del proyecto comercial de la nueva ruta de la seda.
Finalmente, Europa está llamada a reflexionar sobre el hecho de seguir manteniendo una actitud beligerante contra Rusia por el tema de Ucrania, ya que eso pudiera significar unas muy agresivas estaciones invernales futuras en el continente viejo, recordando que China cuando ve una oportunidad de tal magnitud la toma, se aferra a ella y no la deja pasar por ninguna causa, situación en la que obviamente los Estados Unidos no tendrían la capacidad para convertirse en ese proveedor de gas que tanto requiere Europa.
@EdgarMaPe