SIN TON NI SON

Seguramente usted ha escuchado, estimado lector, la canción que la revista Rolling Stone, calificó como la mejor de todos los tiempos: Like a Rolling Stone” (Como una piedra que rueda) y otra también muy popular conocida como la canción de protesta por excelencia: “Blowind in the wind” (La respuesta está en el viento). Estas son tan sólo dos obras del gran cantautor estadounidense Bob Dylan.
Lo que quiero transmitir esta vez es la peculiar y nunca antes vista, ni imaginada, nominación y posterior ratificación al Premio Nobel de Literatura (en 2016). Los periódicos internacionales, en todo el mundo, señalaban algo más o menos como lo siguiente “El cantante y compositor estadounidense Robert Allen Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura este jueves por ‘haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense’, en palabras de la Academia Sueca”.
Fue el primer estadounidense en ganar este tan prestigiado premio desde la novelista Toni Morrison, en 1993. El anuncio fue una sorpresa, porque aunque Dylan, de 75 años, fuera mencionado como un aspirante al premio, su trabajo no se ajustaba a los cánones literarios tradicionales de novelas, poesía y cuentos que el Nobel ha reconocido tradicionalmente.
Algunos de los gigantes literarios que han ganado esta distinción son John Steinbeck, Rudyard Kipling, Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, William Faulkner.
En un artículo del New York Times escribió Bill Wyman “El trabajo de Dylan es una apuesta contra lo convencional, carece de los juicios morales fáciles, el discurso pop o las frecuentes concesiones a la audiencia. Su lirismo es exquisito; sus preocupaciones y temas son atemporales; y pocos poetas de cualquier época han tenido una influencia tan universal con su trabajo”.
Como una paradoja, de esas que da la vida, el anuncio del premio, para Bob Dylan, se produjo horas después de que se conociera el fallecimiento del dramaturgo italiano Dario Fo, a los 90 años, cuyo trabajo satírico también fue reconocido con el Nobel, en 1997.
Bob Dylan, en la década de los 60, creó un estilo propio a partir de la recuperación de la música folk, a la cual añadió unas letras cargadas de simbolismo y reivindicaciones, que le convirtieron en un líder para la juventud contestataria de su país. Canciones como Blowin’ in the Wind, Maters of war o Talkin’ World War III blues revolucionaron el pop mundial y abrieron nuevos caminos tanto para cantautores como para bandas de rock. En 1965 recurrió a los instrumentos eléctricos e inició una serie de bruscos virajes, tanto estilísticos como espirituales, que le valieron numerosas críticas de los seguidores más puristas del folk.
El verdadero nombre de nuestro héroe es Robert Allen Zimmerman, nacido en Duluth, Estados Unidos en 1941). Desde los años sesentas ha sido reconocido como una de las grandes figuras del folk y el rock, pero en general de la música contemporánea, cuya producción musical lo erigió en un referente entre los cantautores. Su admiración por el poeta Dylan Thomas le llevó a adoptar el apellido artístico por el que se hizo popular.
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