Un sistema de justicia mediático

Es lamentable que en todos los niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, se presenten los mismos problemas en nuestro sistema de impartición de justicia: la falta de investigación adecuada.
Hoy tenemos en todas las notas rojas, extras y noticieros, el asunto de Yesstop, la famosa youtuber que aceptó de manera pública el acopio y la distribución de pornografía. Pero, el problema por supuesto no es que esté detenida, que tenga una orden de aprensión o que espere la justicia definitiva en la cárcel, sino la forma en la que se ha desarrollado su proceso.
Los números estadísticos no mienten. El 99% de los delitos cometidos en México no son castigados, según el Índice de Impunidad Global, aunque yo pensaría que la realidad es aún peor.
En todos los gobiernos se encuentra corrupta la mayor parte de la impartición de justicia; la que es honesta, suele tener errores, lo que conlleva a un Estado de anarquía, de “a ver de a cómo nos toca” de la “Ley del Talión”, en donde el Código Penal es una telaraña donde si caen las mosquitas pequeñas, no salen, pero si llegan animales grandes, la telaraña se rompe y no les hace nada.
Si se tratase de una niña perdida, de un grupo de estudiantes docentes o de una mujer asesinada, la justicia se hace presente, en medios de comunicación, en redes sociales y hasta en movimientos civiles; incluso si se trata de un “mirrey” que destroza su coche en reforma, la opinión pública pesa en la aplicación de la justicia. Pero justamente Jorge Ramos manifestaba su preocupación en la Mañanera con el Presidente Andrés Manuel, indicando que 100 personas se mueren diariamente por homicidio en México y absolutamente nadie hace nada.
En algunos documentales de Netflix, se observa lo que pequeños condados en el extranjero hacen para investigar durante años y años el crimen que marcó el pueblo, aquel pueblo en donde no pasaba nada, todos se conmocionaron por una sola muerte misteriosa; me pregunto el escándalo que se provocaría si les dijéramos que diario se muere una persona en ese pueblito si estuviera ubicado en México.
A nivel municipal ya se ha establecido que las autoridades no son capaces de combatir el crimen organizado, por su forma de operar y el dinero que se maneja; a nivel estatal ya se ha hecho evidente la existencia de los narco Estados, como el de Tamaulipas, que era un secreto a voces, pero ahora, tenemos gobernadores electos que ya pasaron el tamiz del palomazo de los grandes capos; ahora bien, a nivel federal se ha aceptado por el presidente la poca capacidad que se tiene para detener a las cabezas del narco justificándose de manera absurda en los daños colaterales a la población, o pidiendo a la población que vote para sancionar a los expresidentes, siendo que no necesita consulta sino más bien querer hacer su trabajo, nuevamente se trata de voluntad.
Así entonces, queda claro que la justicia es un asunto de voluntad, no del agente de investigación, no del Fiscal, no de los abogados de la parte actora, sino de las autoridades que van dando trámite prioritario a uno o a otro, por simple impacto mediático y político.
Conclusión, no nos hagamos tontos. Los candidatos que nos prometan seguridad, no podrán cumplir sino hasta que se manifieste la voluntad para hacer efectiva la justicia, fortalecer el sistema de impartición, las fiscalías con sus investigadores y tener a alguien que se atreva a lidiar con el crimen organizado siendo Fiscal regional o general.
A los criminales podemos pedirles que no roben, no asalten y no maten, pero por la consecuencia moral que eso conlleva, por la ética y sus valores humanos, no porque la justicia los vaya a condenar. A los que no son delincuentes, pues hay que cuidarnos y tratar de reaccionar al momento en contra de nuestra privación de la libertad o de nuestra vida, porque al fin de cuentas, cuando llegue el momento, no podremos reducirnos al grado de no poder asegurarnos nuestra propia existencia.