Regreso a clases, titubeante.

Durante esta pandemia se le ha visto muy poco a la Secretaría de Salud, antes con Esteban Moctezuma y hora menos con Delfina Gómez. La verdad es que muy poco se ha dicho sobre la contingencia en materia de educación que se haya programado por parte de nuestra autoridad educativa.
Si bien es cierto que mucho de las medidas de confinamiento y de regreso a la normalidad, han sido definidas por la autoridad en materia de salud, también cierto lo es que la secretaría de educación poco ha propuesto en materia de planeación o programación en torno a la contingencia, ya que si bien es un estado que rompe con todo pronóstico, ya tenemos más de un año como para no hacer algo por afrontar la realidad.
La Secretaría de Educación Federal se ha limitado a permitir las clases a distancia y a organizar el final e inicio de los ciclos escolares, pero en dónde quedó la idea de vivir así, de tomar clases a distancia; esa carga se la dejó a las escuelas y a los padres de familia para que de manera “voluntaria” (por no decir que deba igual) continuar con clases a distancia conforme se pusiera de acuerdo la comunidad educativa, padres, alumnos y maestros.
Perdón, pero eso no es atender las necesidades ni programar un regreso a clases, eso es simplemente dejar que las cosas sucedan y subsanar lo que vaya resultando en el camino.
En el Estado de México, hoy se piensa en regresar a clases presenciales, que han sido tan caóticas en otros Estados. Por ejemplo, en Campeche tuvieron que regresar al confinamiento por el repunte de casos de COVID. Es decir, la Secretaría de Educación poco ha programado después de haber estado más de un año en pandemia; al momento no hay un plan de contingencia, un seguimiento psicológico a profesores, a padres de familia y sobre todo a los alumnos, algún programa fortalecido para la no deserción escolar, todo eso sin incluir un plan de infraestructura donde se establezcan las necesidades o tan solo la posibilidad de poder dar clases en línea desde la escuela, o un plan de educación a distancia, clases al aire libre en parques, etc., infinidad de posibilidades que quedan en el aire sin tomarse en cuenta.
Todo al parecer va a quedar del lado de los docentes, quienes ya de por sí tienen que hacer as labores propias del magisterio, preparar clase, semanario, actividades, seguimiento del temario informes etc., ahora deberán innovar sin seguimiento de nadie las soluciones que mejor se les ocurran. En el caso del Estado de México el Sindicato (SMSEM) siempre ayuda a hacer una red de información pero en casi todos los estados los docentes no tienen comunicación institucional en apoyo a ellos mismos.
Lamento que nuevamente se observe que la programación no sea la mónita de la administración federal, se repiten los patrones de hacer obras sin estrategia, sin programación, sin dictaminación, sin permiso y sin planeación; en pocas palabras, nuestro diagnóstico es que en esta administración la realidad no alcanza y cuando nos empezamos a ahogar, vemos quién puede programar una solución.