La Marquesa, espacio turístico con aglomeraciones pese a Semáforo Naranja

Ocoyoacac, Méx.- Comerciantes de los diversos establecimientos tanto de comida como de esparcimiento ubicados en la Marquesa, han coincidido que, pese a que se implementan protocolos de higiene y el uso de cubrebocas es obligatorio para dar servicio, se enfrentan a los clientes que omiten las medidas de seguridad, se molestan y hasta los han tratado de golpear, al recibir el llamado de tomarse la temperatura, colocarse el cubrebocas o el gel antibacterial.
Pese a que persiste un alto riesgo de contagios pues se permanece en Semáforo Naranja, la Marquesa se ha convertido en el espacio ideal a cielo abierto para ser visitado, pero los turistas se han desbordado y lamentablemente, hay quienes omiten las medidas de prevención de contagios.
Así lo mencionó Carlos, quien trabaja en la renta de motociclistas en la zona, indicó que, a pesar de que se toman medidas como cubrebocas obligatorio y la aplicación de gel antibacterial, han notado que muchos paseantes solo usan el cubrebocas al llegar al punto de renta y una vez que salen del paradero, se lo quitan.
“El problema que esto enmarca, es un posible brote de contagio para muchos de los que llegan. Hemos tenido problemas fuertes por pedirles que los usen, se ponen violentos y hasta nos quieren pegar. Les hemos pedido que entreguen las motos, a veces regresamos el dinero, pues no queremos que el negocio pierda con un cierre por parte de las autoridades, hay mucha gente que nos apoya cuando hay diferencias con los mismos visitantes”, dijo.
Carla recorre varios kilómetros para vender dulces tradicionales y contó que, desde la reapertura la actividad aumentó bastante, muchos visitantes van cada fin de semana a La Marquesa y también durante semana, el problema es que la gente que llega deja de usar las medidas básicas, dejan de usar cubrebocas y hasta se abrazan, esto es más constante cuando ingieren bebidas alcohólicas que pierden el control.
“Muchos ya llegan aquí casi cayendo de borrachos, vienen a terminar su borrachera, se maneja mucho alcohol, poca policía visita y recorre los parques, los que cuidan, los delegados y encargados poco pueden hacer, pues es meterse en problemas, a mí no me han pagado algunos dulces a veces por ponerse locos”, contó.
Este espacio natural abierto al público, representa una derrama económica constante para los pequeños negocios, no obstante, lamentan que los visitantes poco ponen de su parte para cuidarse y cuidar a los demás.